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Mobutu anuncia su salida de Zaire con las tropas rebeldes cerca de Kinshasa

Ramón Lobo

ENVIADO ESPECIALEl cada vez más aislado presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko, viajará hoy a Libreville, capital de Gabón, en lo que se interpreta como una desesperada iniciativa diplomática de última hora, con los rebeldes de Laurent-Desiré Kabila cada vez más cerca de la capital zaireña, Kinshasa. El objetivo de Mobutu es participar en una cumbre africana sobre la crisis de los Grandes Lagos. A ella asistirán tres de sus más fieles aliados, todos del llamado sector duro francófono: los presidentes de Gabón, Omar Bongo; de Togo, Gnassingbe Eyadema, y de Congo, Pascal Lisuba.

Fuentes del entorno de Mobutu subrayan que no se trata de una huida camuflada al exilio. Mobutu no dimitirá jamás, dicen. Este oportuno viaje puede ser, sin embargo, parte de la salida que está siendo negociada bajo cuerda en numerosos frentes. El embajador de Estados Unidos en Zaire, Daniel Simpson, mantuvo ayer una reunión con un grupo de generales del Ejército zaireño. Nada ha trascendido, por ahora, de lo tratado en el encuentro.

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La reunión de Simpson con la cúpula militar zaireña parece estar relacionada con lo dicho el lunes en Lubumbashi (donde está el cuartel general rebelde) por el enviado especial de Clinton, Bill Richardson. El emisario de la Casa Blanca dijo que Estados Unidos trata de garantizar una entrada sin lucha ("soft landing", aterrizaje suave, en palabras textuales) de Kabila en la capital.La emisora de radio rebelde, que ya se capta en algunas zonas de Kinhsasa, formuló ayer un llamamiento a sus habitantes (entre 4,5 y 6 millones) para que preparen miles de banderas blancas en señal de apoyo a la rebelión y mostrarlas en cuanto llegue el momento adecuado (su entrada en la ciudad). Esta recomendación se ha hecho extensiva a los soldados, pero con un fin bien distinto: como signo de rendición, y evitar así enfrentamientos inútiles. La ONU reducirá al máximo su personal en Kinshasa a partir de hoy, según informaron fuentes de la organización internacional en la capital zaireña. El próximo paso es la "evacuación total", indicó un representante de la ONU.

Combates en Kikwit

El frente militar se mantiene confuso. Mientras los rebeldes dicen tener ya rodeado el aeropuerto de la capital, el Ejército de Mobutu afirma haber lanzado un contraataque con éxito sobre la ciudad de Kikwit. Un alto consejero militar del régimen mobutista aseguró en una conferencia de prensa que un mínimo de 500 rebeldes han muerto en los combates contra de las tropas gubernamentales en dicha ciudad, que, según dicha versión, está a punto de ser reconquistada por los soldados de las Fuerzas Armadas Zaireñas (FAZ). Ambos bandos parecen mentir. No hay síntoma alguno de que los rebeldes estén tan cerca del aeropuerto de D'jili, donde sin embargo la situación es muy tensa, con una inusual presencia de unidades motorizadas de la bien equipada y pagada División Especial Presidencial (DSP), la guardia pretoriana del dictador zaireño.

Tampoco hay noticias confirmadas de combates en el área de Kikwit (a 500 kilómetros de la capital). Lo que sí es cierto es que la DSP intentó en la noche del lunes un contraataque sobre Kenge (a 270 kilómetros de Kinshasa) y que ayer fueron rechazados y obligados a retroceder una treintera de kilómetros.

Los combates de Kenge son el último y dramático intento de la DSP y del régimen por evitar o retrasar al máximo la conquista de la capital. El aeropuerto de Kikwit y el anterior de Kananga sirven de base logística a los rebeldes -que ya han nacionalizado una compañía ferroviaria en el sur del país- para alimentar de armas y tropas a su vanguardia que avanza hacia Kinshasa. La prensa local dice que esa fuerza se ha incrementado hasta 10.000 guerrilleros.

Un misionero italiano que reside en el barrio de Lemba, a sólo 15 kilómetros del aeropuerto, confirmó ayer que en Bakaluku, unos 40 kilómetros pasado D'jili, hay noticias confirmadas por la radio de su orden, de robos de automóviles por parte de los soldados que regresan huyendo del frente. Esto podría ser una prueba de que las palabras de Kabila pronunciadas el lunes pasado, en el sentido de que estaba ya a 60 kilómetros del aeropuerto, podrían estar próximas a la realidad.[Por otra parte, Emma Bonino, la comisaria europea encargada de la acción humanitaria, acusó ayer en Bruselas al líder rebelde Kabila de haber transformado el este de Zaire en un "verdadero matadero" y de no "estar en su sitio" para dirigir este país, según informa la agencia France Presse.]

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