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Un guardia 'arrepentido' dice que había un "fondo común" de droga en la Ucifa

Vicente Domínguez, uno de los guardias civiles arrepentidos del caso Ucifa, afirmó ayer que existía un "fondo común de droga" en la Dirección General de la Guardia Civil que se utilizaba para pagar a pequeños confidentes. Según Domínguez, la mayor parte de esa droga estaba en la mesa del cabo primero Félix Molina y el resto en una caja fuerte situada en el despacho del capitán de la unidad.Domínguez, para quien el fiscal pide un total de 15 años de cárcel, precisó que, en el primer caso, la droga era hachís y el segundo, cocaína, y dijo que tenía "conocimiento" de que se utilizaba para pagar confidentes, aunque él nunca lo había presenciado. También reconoció que nunca había visto personalmente a agentes de la Ucifa quedarse con estupefacientes y sólo en una ocasión fue testigo del pago con droga al confidente Ramón de Temple.

Durante la sesión de ayer, los defensores de los guardias civiles incidieron en las diferentes versiones del arrepentido en distintos momentos del proceso. Domínguez reconoció que ante el juez de instrucción número 13 de Madrid dijo "más o menos la verdad", mientras que en otras declaraciones posteriores, y ahora en juicio, estaba contando "todo lo que sabía", más algunos detalles que había ido "recordando con el tiempo".

Con todo, algunas de estas contradicciones fueron muy llamativas: cifró una de las operaciones primero en 10 kilos de cocaína, luego "en 7 u 8 kilos" y finalmente en "7 kilos, 250 gramos". "Ahí me equivocaría", se justificó Domínguez. "Confundí kilos con bultos", añadió.

En otro momento justificó haber dejado ir al confidente Ramón Temple con tres kilos de cocaína en que el comandante de la Ucifa, José Ramón Pindado, "había diseñado así la operación". Sin embargo, en una de sus declaraciones sumariales consta que Pindado "le echó una bronca" por haber dejado salir a Temple con la droga.

Domínguez negó haber recibido dinero procedente de la venta de droga, aunque reconoció que su compañero Doroteo Gómez Porras, otro arrepentido, le había entregado cantidades de 300.000 y 450.000 pesetas, que él admitió por los problemas personales por los que atravesaba. Añadió que "nunca" había amenazado a nadie por dinero.

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