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El adelanto del congreso del PSOE se pactó en una reunion de ocho dirigentes con González

Anabel Díez

Una reunión mantenida el pasado día 13 entre ocho dirigentes del PSOE en su sede le Gobelas, en Madrid, ha servido al vicesecretario general, Alfonso Guerra, para afirmar que existe una conspiración para eliminarle, encabezada por el presidente andaluz, Manuel Chaves, y asistentes a la reunión. La mitad de los consultados afirman que la cita estuvo presidida por FelipeGonzález, y los demás lo niegan. Quienes aseguran que estuvo, sostienen que González no se refirió a Guerra, ni siquiera para opinar sobre los comentarios que los demás hicieron sobre el número dos.

Después de que se reuniera la comisión ejecutiva federal el pasado día 13, varios de sus miembros se trasladaron a la sede de Gobelas, en las afueras de Madrid. En este lugar tiene su despacho habitual Felipe González, así como Cipriá Ciscar, secretario de organización, y Alfonso Guerra, vicesecretario general. Este último apenas pisa esas dependencias.Los dirigentes convocados fueron: Ciscar; el portavoz del Grupo Socialista, Joaquín Almunia; el secretario general de Castilla y León, Jesús Quijano; el líder de los socialistas valencianos, Joan Lerma; el secretario general de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui; el primer secretario de los socialistas catalanes, Narcís Serra; el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y el de Andalucía, Manuel Chaves. El criterio era reunir a los líderes territoriales que además son miembros de la ejecutiva federal. No fueron invitados dos dirigentes que reúnen esa condición: Juan Carlos Rodríguez Ibarra, líder de los socialistas extremeños, y Luis Martínez Noval, secretario general de los socialistas asturianos, ambos guerristas.

Al final de la reunión, Ciscar les telefoneó para informarles de que la mayoría estaba a favor de no esperar al otoño para celebrar el congreso, como estaba previsto, sino anticiparlo a junio. Martínez Noval le indicó que le parecía bien, y Rodríguez Ibarra consideró que sería mejor dejarlo para el otoño.

Cipriá Ciscar quería reunir a los principales dirigentes del partido para que Felipe González supiera de primera mano que la organización estaba a favor de celebrar el congreso en junio y no en otoño o invierno, como durante meses se ha estado diciendo incluso por el propio Felipe González.

Resulta llamativo el interés de la mitad de los asistentes por indicar que Felipe González no asistió a la reunión. Otros de los consultados dijeron inmediatamente que sí estuvo presente, e incluso recuerdan perfectamente parte del discurso tanto de política exterior como nacional que Felipe González realizó para enmarcarlo en las ideas que debían barajarse para el congreso.

Quienes afirman que Felipe González estuvo en la reunión, aseguran que en absoluto mencionó el nombre de Alfonso Guerra ni siquiera para opinar sobre los comentarios que formularon algunos de los asistentes. Las alusiones al vicesecretario general consumieron muy poco tiempo de la reunión, insisten en recalcar las fuentes consultadas.

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Asistentes a la reunión informan que el asunto de Guerra salió a colación porque algunos estimaron imprescindible que el congreso no se convirtiera en una polémica sobre la permanencia o no del vicesecretario general en la nueva ejecutiva. Algunos estimaron que no debía estar de ninguna manera, y la mayoría llegó a la conclusión de que su presencia o ausencia era relevante hace cuatro años pero no ahora.

Vía indirecta

A Guerra le llegaron, probablemente por vía indirecta, noticias de la existencia de esa reunión, y lo entendió como una conspiración para eliminarle de a ejecutiva. Los asistentes no niegan lo anteriormente dicho, pero aseguran que no fue objeto de atención ni siquiera de manera secundaria.Guerra puso el punto de mira en Chaves como cabecilla de la conspiración porque unió esta reunión con el ambiente que se ha ido creando en los últimos tiempos en Andalucía, según el cual Guerra no debe repetir en la nueva dirección socialista. Esa es la versión de personas del entorno de Guerra.

En la reunión del día 13, Felipe González se convenció de que el congreso debía celebrarse en junio, para que antes de que termine el año hayan concluido todos los congresos regionales del PSOE. La nueva dirección socialista y todo el partido estarían así en disposición de dedicar todo el año 1998 a hacer oposición, haya o no elecciones generales.

El diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba se negó, en una rueda de prensa, a hablar de Guerra porque no quería que sus palabras sirvieran para "abrir la primera o la segunda edición del telediario" de TVE.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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