Poco cine y mal programado
Parece lógico que durante las tres semanas que duran los Juegos Olímpicos, las televisiones desplieguen un número ilimitado de medios para proporcionar información a unos espectadores ávidos de deporte de alta competición. Pero 24 horas al día dan para algo más que eventos deportivos, como por ejemplo, ver cine.Desde que empezaron los JJ OO, y coincidiendo con el verano, estación poco propicia para que la pantalla grande sustituya a la pequeña, las diferentes cadenas han dedicado todos sus esfuerzos a contraprogramar a la baja y aprovechan estos días para emitir sus saldos cinematográficos.
La 2, habitual refugio de cinéfilos, se ha consagrado por completo a los JJ OO, dejando abandonada a una audiencia que seguía Cineclub, Sala 2, Alucine o La noche temática programas donde se ofrecía cine de calidad. La desaparición del espacio de José Luis Garci, Qué grande es el cine español, ha privado a los aficionados de comtemplar el catálogo de obras maestras de la factoría española.
A la reducción fulminante del número de películas, en beneficio de programas de chistes, parodias y chapuzones, hay que sumarle la bajísima calidad de las mismas -véanse títulos tan magníficos como De pelo en pecho, Super rocky, Jet Marbella set, Juana la loca, de vez en cuando, Medicina mortal o Gran lío en la universidad, por citar algunos, ya que la lista es tan interminable como funesta-.
Los telespectadores aficionados al séptimo arte se enfrenta a otro problema: la intempestiva hora de emisión de las pocas producciones que merecen la pena. La última noche de Boris Gruschenko se proyectó a la 1.50; Cita con el destino, a las 2.25, y Días de amor, a las 4.45.
La excepción que confirma la regla es Canal +, que aunque ha reducido el número de filmes, ha conservado su plato fuerte. El tradicional Estreno nocturno ha pasado de las 22.00 a las 16.00, demostrando que es posible compaginar el espectáculo cinematográfico y el deportivo.
Todavía quedan días olímpicos y verano con joyas de programación, por lo que los amantes al cine, aunque sea por televisión, tendrán que esperar mejores tiempos.