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Entrevista:

"Madrid no puede estar más tiempo sin teatro de la Ópera"

Su ciudad le recibe sin el menor síntoma de estío. El tenor encuentra que Madrid ha perdido el ritmo de los viejos veranos: la calma, la soledad y hasta los grados propios de un mes de julio. Plácido Domingo reside en Nueva York porque allí le tiene preso su trabajo. Nació en Madrid en 1941, y en México vivió desde los ocho años hasta hacerse mayor. Devoto de san Blas y del Real Madrid, supersticioso y profundamente enamorado de su profesión, su último trabajo se rinde al mapa de España que compuso Agustín Lara; un disco titulado Bajo el cielo español, donde Plácido Domingo canta, Granada, Sevilla, Toledo y Madrid. El disco refleja mucho de la vida hispanomexicana que ha llevado el tenor. Cargado de trabajo hasta el siglo que viene, Domingo se muestra discreto, aunque impaciente, ante la próxima apertura del Teatro Real, que, de momento, tendrá el privilegio de estrenar.Pregunta. ¿Sigue la accidentada trayectoria del Real?

Respuesta. Claro. Acepté encantado la invitación de Elena Salgado para la inauguración. Lo he visitado y me parece espléndido, pero lo único que me preocupa es que se inaugure. Conmigo o sin mí, con Parsifal o con cualquier otra obra. Madrid no puede estar más tiempo sin teatro de la Opera.

P. Elena Salgado ya no preside el Patronato.

R. La política jamás debe mezclarse con el arte. Creo que con Elena Salgado se ha actuado de manera prematura, porque no le han dado la posibilidad de terminar. algo que había empezado a organizar. Espero que quienes ocupen su puesto aprovechen al menos el camino andado.

P. Sus fugaces visitas a Madrid, ¿qué le producen?

R. Una emoción inmensa. Cuando vengo a Madrid, aunque sea un par de días, siempre siento que estoy volviendo a casa.

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P. ¿Cómo le ha recibido la ciudad?

R. La encuentro extraña, como si nadie estuviera de vacaciones. Por lo demás, muy bien. Siempre, allá donde voy, digo que Madrid es la ciudad más simpática del mundo. Pero, ¡cuidado!, estamos empezando a parecernos a esas ajetreadas urbes donde todos parecen preocupados. Hay que recuperar el buen humor.

P. Hablemos del parque del Retiro.

R. El Retiro es una de las primeras imágenes que guardo en mi memoria. Representa para mí la idea de ese lugar donde un niño siempre lo pasa bien. Yo vivía en la calle de Ibiza, a poquísimos metros de allí. Era mi lugar de juegos, de patadas al balón y carreras en bicicleta. Me parecía el parque más grande y más bonito del mundo, el sitio al que anhelaba ir cada día.

Bajo el cielo español. Discos Sony.

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