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Clinton acepta firmar la ley que reduce las ayudas a los pobres e inmigrantes

Antonio Caño

El presidente norteamericano, Bill Clinton, decidió ayer, en un importante cambio de su política social, firmar una ley que reducirá drásticamente la ayuda a los pobres y que privará a los inmigrantes legales del acceso a la beneficencia pública. La ley, que acaba con 61 años de programas sociales conocidos en inglés como welfare, debía ser votada ayer en la Cámara de Representantes y hoy en el Senado. Clinton había vetado dos proyectos anteriores por considerarlos crueles para los pobres, pero ha preferido respaldar esta tercera versión para cumplir con su promesa de "terminar con el welfare tal como se conoce".

La iniciativa puede tener repercusión electoral entre los sectores de la opinión pública que habían apoyado la anterior firmeza de la Casa Blanca frente a la política social del Congreso, controlado por los republicanos.De los 55.000 millones de dólares (cerca de siete billones de pesetas) que los congresistas prometen ahorrar con esta ley en los próximos cinco años, una cuarta parte (18.000 millones de dólares) procede de los servicios que se negarán a los inmigrantes legales hasta que se acojan a la ciudadanía norteamericana. Los inmigrantes tienen ese derecho cinco años después de su entrada legal en este país.

De esos 18.000 millones de dólares, 3.000 millones de dólares se ahorrarán al privar a los inmigrantes sin recursos de la ayuda que el Estado les prestaba hasta ahora para alimentación (lo que en Estados Unidos se conoce como food stamps), y el resto corresponde a la asistencia de tipo sanitario y de educación.

La asistencia sanitaria será recortada sólo moderadamente, aunque eso dependerá del criterio de cada uno de los Estados. Se mantiene plenamente a nivel nacional la obligación de prestar ayuda médica en casos de emergencia, incluso para los inmigrantes ilegales. La mayoría del resto de los programas de ayuda a los pobres pasará a manos de los Estados, con lo que el Gobierno central pierde control sobre ellos.

Los cambios

Otros de los cambios introducidos en la nueva legislación son los siguientes:Los beneficios del welfare, que antes eran de por vida, quedan ahora limitados a cinco años.

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El cabeza de una familia que reciba welfare tiene obligación de encontrar trabajo al segundo año o perderá el derecho a la beneficencia. Quedan excluidas de estas medidas las mujeres que sean cabezas de familia y que no tengan con quién dejar a sus hijos menores de 11 años.

Los Estados pueden negar el welfare a las mujeres que queden embarazadas con menos de 18 años de edad.

Los Estados pueden negar el welfare a las personas acusadas de algún delito, excepto que se trate de mujeres embarazadas o adultos que participen en programas de rehabilitación de drogadictos.

Las mujeres embarazadas que se nieguen a identificar a los padres de sus hijos pueden perder el 25% de los beneficios del welfare.

En la actualidad, 26 millones de norteamericanos reciben ayuda del Estado para comida, cerca de 13 millones están acogidos a programas de asistencia a familias pobres con hijos y más de seis millones perciben ayuda específica para mutilados y ancianos.

De todos ellos, el 38% son blancos, el 37% negros y el 19% son hispanos. Un 5% de las personas acogidas, al welfare son inmigrantes legales que todavía no tienen ciudadanía norteamericana.

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