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TOUR 96

A la rica alianza

Las ayudas entre españoles dependen del dictado de la carretera

Luis Gómez

Sea Induráin quien esté en peligro, fuera Delgado en sus tiempos mozos, el asunto de las alianzas entre españoles es un tema recurrente, tan aireado año tras año como falso. Los directores involucrados, en este caso Echávarri o Unzúe, Manolo Sáiz, Juan Fernández y Álvaro Pino, suelen salir del paso como pueden atrapados en una polémica con tintes demagógicos. Alvaro Pino es quien encuentra la respuesta menos comprometida: dadas las escasas perspectivas de su equipo, ayudar a Induráin sería una forma de hacerse presente en este Tour. Es el único que ofrece un sí rotundo.Bien diferente es la posición de los demás, Manolo Sáiz lo ha dejado bien claro, pero tiene tendencia a ser mal interpretado. "No habrá alianza, salvo que existan intereses comunes". Es decir, Zülle podría cooperar con Induráin si obtuviera algo a cambio, de la misma manera que cooperaría con Rominger por idéntico motivo. El caso de Juan Fernández es calcado al de Sáiz: toda colaboración tiene un precio, y no se mide en dinero en estos casos. Por razones puramente personales, Manolo Sáiz avanzó incluso un sentimiento: de elegir entre una victoria final de Induráin o de Olano, se quedaría con la de Olano.

Así que las posibilidades de que la ONCE coopere con el Banesto son las mismas que una colaboración entre el Banesto y el MG italiano, por poner un ejemplo. A todo esto el Banesto se suele mostrar bastante comprensivo, fundamentalmente porque es un equipo que suele moverse con mucho tacto en el terreno de la diplomacia. En caso de extrema necesidad, el Banesto siempre ha encontrado alguien que le eche una mano. Echávarri sólo matiza un aspecto: entiende que no haya alianza entre equipos españoles, pero no justifica que haya enfrentamiento. La norma de los españoles hace años en el Tour solía ser ésa, pero el ambiente ha mejorado.

Las alianzas entre los distintos equipos de un pelotón suelen aumentar polémicas estacionales en una gran carrera, pero se trata de un asunto tan antiguo como el propio ciclismo. Casos han existido en los que un corredor ha comprado los servicios de otro colega por dinero, pero esta faceta ha pasado a ser muy infrecuente.

Son los intereses deportivos los que funcionan y durante cada jornada pueden apreciarse acuerdos de distinto tipo entre los jefes de fila y entre los directores. Un terreno como el de la media montaña, en el que transcurre en esos momentos el Tour, favorece aún más las alianzas: el perfil irregular de cada etapa imposibilita el control del pelotón a un solo equipo.

La preocupación ayer entre los directores era evidente. De nuevo, había saltado el asunto de la alianza entre españoles. Cada cual contesta como puede. En su fuero interno saben que las colaboraciones se firman en la carretera.

Y se firman sin pedir el carné de identidad ni el pasaporte de cada cual.

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