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El debate sobre el derecho a disponer de una vivienda digna abre la cumbre de Estambul

España no mandará ni siquiera a un ministro a la conferencia sobre las ciudades

Naciones Unidas llega a la Cumbre de las Ciudades -Hábitat II-, inaugurada ayer en Estambul, con cierta sensación de cansancio, ante las críticas por lo costoso de estas conferencias en un momento de crisis económica en la organización y tras el esfuerzo de haber organizado, otras cinco cumbres en los últimos cuatro años. Tantas han sido las críticas que el secretario general de la ONU, Butros-Gali, tuvo que salir en defensa de este tipo de enormes reuniones en su discurso de apertura. La inclusión del derecho a una vivienda digna en el texto que emane de la conferencia se perfila ya como el gran punto de debate y discrepancia en las dos semanas de reuniones en Turquia.

"Deseo", dijo Butros-Gali, "declarar, en los términos más enérgicos que las conferencias de la ONU son esenciales para el trabajo de la organización y el cumplimiento de su mandato y cruciales para determinar la vida futura del planeta". Tras recordar las conferencias celebradas por Naciones Unidas durante esta década -Río, Viena, El Cairo, Copenhague y Pekín-, aseguró que todas ellas y los programas de acción nacidos en las mismas "forman en su conjunto una agenda para el desarrollo, a la que se ha comprometido la comunidad internacional". Concluyó su intervención pidiendo que durante las próximas dos semanas los participantes se "inspiren" en lo que describió como el espíritu de Estambul", "de cooperación y amistad".

Menos jefes de Estado

Sin embargo, y a pesar del despliegue realizado por el Gobierno turco, se vive cierta sensación de que esta cumbre es menos cumbre que las anteriores. Si la Cumbre de la Tierra (Río, 1992) y la de la Pobreza (Copenhague, 1995) batieron el récord de presencia de jefes de Estado -108 y 121, respectivamente-; y la de la Tierra y la Mujer (Pekín, 1995) alcanzaron la más alta asistencia -con 50.000 y 40.000 participantes-, respectivamente- los organizadores de Estambul esperan con optimismo a unos 20.000 participantes y a unos cuarenta mandatarios en los últimos días de la reunión.La crisis financiera de la ONU, por la falta de pago de algunos de sus más importantes contribuyentes, como EE UU, y las críticas sobre el alto coste y baja utilidad de este tipo de reuniones internacionales han hecho mella en Hábitat II, cuyos preparativos han supuesto un desembolso de unos 3.750 millones de pesetas, aunque la mayor parte ha sido aportada por Turquía.

Representando a España no irá ni siquiera el ministro de Fomento -departamento que se encarga de la delegación oficial-. Acudirá a Estambul el subsecretario de este ministerio, Víctor Calvo Sotelo. El anterior presidente del Gobierno, Felipe González, asistió a Río y a Copenhague. En las cumbres de El Cairo, Copenhague y Pekín, estuvo, y de forma muy activa, la ex ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi.

Ayer, en la presentación de los documentos que aporta España a la conferencia, el director general de Vivienda, Fernando Nasarre -que antes trabajaba en la planificación urbana del Ayuntamiento de Madrid-, avanzó que se prevé como, principal punto de deba te y discrepancia la inclusión o no en el documento final del "derecho a una vivienda" como uno de los derechos fundamentales de la persona. La mayoría de los países en desarrollo han hecho ver que ese compromiso debe ir unido a la ayudas financieras de los países ricos.

No hay que olvidar, según los datos de la propia ONU, que ahora mismo 600 millones de personas viven en condiciones precarias en las ciudades, y que 100 millones no tienen ni siquiera un techo. "A España", dijo Nasarre, "esto no le plantea ningún problema, porque ya, está recogido en nuestra Constitución el derecho a una vivienda digna". Sin embargo, ala hora de repasar los principales retos de las urbes españolas, el director general apuntó dos: "una vivienda a precio asequible y la potenciación del transporte colectivo".

Derechos y dinero

En nombre de la UE habló el ministro italiano de Trabajo, Antonio di Pietro. Dijo que la Agenda Hábitat debe reafirmar claramente el derecho de toda persona a contar con una vivienda adecuada. EE UU sigue mostrando reticencias a un compromiso desde el principio. Fernando Berrocal-Soto, embajador permanente de Costa Rica ante la ONU, habló en nombre del Grupo de los 77 (los países pobres) para destacar: "La comunidad internacional debería movilizar recursos financieros sustanciosos para los asentamientos humanos en los países en desarrollo".El Banco Mundial hizo público ayer un informe en que calcula que los barrios en condiciones más precarias del mundo pueden transformarse en comunidades acogedoras con inversiones de sólo 100 dólares por persona (13.000 pesetas), siempre que haya una correcta combinación de la política gubernamental y la participación ciudadana.

Por otro lado, el primer día de reuniones se vio enturbiado por las protestas de organizaciones de apoyo al pueblo kurdo.

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