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Nigeria desafía al mundo y ejecuta a nueve líderes ogoni condenados por un tribunal milítar

El escritor Ken Saro-Wiwa, candidato al Premio Nobel de la Paz, y otros ocho activistas en pro de la libertad del pueblo ogoni fueron colgados ayer en la prisión de Port Harcourt, al sureste de Nigeria, apenas una semana después de ser condenados a muerte por un tribunal militar en dicha ciudad. El estupor primero y el horror después fueron las reacciones inmediatas en todo el mundo ala noticia de las ejecuciones, difundida ayer por la tarde por la agencia oficial de noticias del país africano. Estados Unidos, la Unión Europea y los países de la Commonwealth criticaron duramente las ejecuciones.

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Estados Unidos, Alemania y Reino Unido anunciaron que retirará a su embajador en Nigeria. Otros países europeos, como Austria, llamaron a consultas al embajador nigeriano en sus capitales. Prácticamente todos se unieron para condenar las ejecuciones. La presidencia española de la UE condenó ayer firmemente las ejecuciones, y dijo que "va a reexaminar las medidas restrictivas ya puestas en marcha con Nigeria a la luz de los últimos acontecimientos".Los organismos internacionales -la ONU, la Unesco, Amnistía Internacional, el Alto Comisariado para los Derechos Humanos...- deploraron las ejecuciones amparadas por el régimen del dictador San¡ Abacha. La embajadora de EE UU en la ONU, Madeleine Albraigth, afirmó que había iniciado consultas para aprobar sanciones económicas contra Nigeria en represalia por la ejecución de los nueve activistas. Un funcionario de la Casa Blanca negó que tales medidas pudieran llegar al embargo de petróleo del país africano pero dejó caer que sí serían medidas que afectarán a la industria petrolera nigeriana. Washington no descartaba ayer una acción de represalia por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.

Las sentencias, de acuerdo con la información facilitada por los militares nigerianos a la agencia nacional, fueron ejecutadas hacia las 11.30 de la mañana de ayer, después de que los condenados fueran asistidos por un sacerdote. Los cuerpos de los nueve hombres recibieron sepultura cuatro horas después.

Sentenciados en octubre

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Ken Saro-Wiwa, un notable escritor, y sus ocho compañeros fueron sentenciados a muerte por un tribunal especial el 31 de octubre pasado. Los nueve fueron hallados culpables del asesinato de cuatro jefes de tribu ogoni, tildados de progubernamentales, en 1994.

Saro-Wiwa había desarrollado durante los últimos cinco años una campaña en pro de la autodeterminación de los ogoni, unas 500.000 personas, atacando la actitud del Gobierno militar y de las compañías extranjeras que explotan los recursos petrolíferos de sus tierras.

Los líderes occidentales habían criticado en bloque las sentencias de muerte y, anteayer mismo, buena parte de los jefes de Gobierno de la Comnionwealth habían pedido clemencia para, los nueve al general Sani Abacha. Sin embargo, a riesgo de ser expulsada de la organización y de atraerse las más duras críticas del resto del mundo, Nigeria ha seguido adelante con las ejecuciones. "No son ejecuciones, sino asesinatos", declaró ayer el portavoz de Exteriores Laborista Robin Cook refiriéndose al triste destino de los nueve condenados.

Los nueve condenados fueron trasladados varias veces de cárcel antes de llegar a su destino final de la prisión principal de Port Harcourt donde fueron colgados, según la Asociación de la Comunidad Ogoni, con sede en el Reino Unido, que había llevado una activa campaña de concienciación en torno al riesgo de muerte que corrían los nueve condenados. De acuerdo con este grupo, al que varios testigos presenciales suministraron ayer abundante información, los nueve hombres iban encadenados y bajo estricta vigilancia, camino de su fin. Cliff Ettridge, portavoz de la asociación, declaró ayer en Londres que los primeros síntomas de lo que se avecinaba fueron perceptibles cuando al filo de las 7.30 de la mañana, hora local nigeriana, un considerable contingente de tropas se desplegó por Port Harcourt en previsión de incidentes.

El Consejo Provisional de Nigeria acababa de ratificar el miércoles las condenas a muerte, lo que provocó nuevas peticiones de clemencia por parte de los embajadores de numerosos países occidentales en Nigeria.

La Casa Blanca, la Unión Europea (UE), y la Commonwealth se habían sumado a la campana de apoyo a Saro-Wiwa, especialmente intensa desde que su hijo Ken decidió llevar a Nueva Zelanda su petición de auxilio. Los líderes de la Commonwealth tenían previsto abordar en una sesión especial la situación de Nigeria, en manos del general Sani Abacha desde el golpe triunfal de 1993, cuando llegaron a Auckland las informaciones sobre las ejecuciones.

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