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El compromiso de Jacques Santer

El Partido Popular preparó un escenario apropiado para impresionar a sus correligionarios del centro-derecha europeo. La organización del acto intercaló elementos plásticos para atenuar la aridez de la traducción simultánea al inglés y el francés o al español, según los oradores, de discursos sobre cuestiones europeas que no suelen suscitar el entusiasmo de públicos masivos.La presencia de Jacques Santer, el presidente de la Comisión Europea, fue consecuencia de su decisión para cumplir el compromiso que había contraído con Aznar y con el PP. Según fuentes de este partido, el presidente del Gobierno, Felipe González, le ofreció viajar a Jerusalén desde Madrid en su avión oficial, con salida de Barajas a las ocho de la tarde, en un gesto que fue calificado oficiosamente de "cutre". Santer, siempre según el PP, agradeció el ofrecimiento, pero indicó que estaba decidido a asistir al acto del PPE. Tomó la palabra el primero, a las siete y media en punto.

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Una pantalla gigante contribuyó a amenizar el mitin con imágenes de los sucesivos oradores, presentados por dirigentes del PP como Abel Matutes o Rafael Arias Salgado. A un audiovisual con escenas de las dos grandes guerras sucedió una manifestación de pequeños en el escenario que formaron con grandes carteles la frase "los niños europeos queremos la paz".

Los oradores coincidieron en el objetivo de la moneda única y una política de defensa común. El más celebrado fue el ministro de Defensa alemán, Volker Rühe. "Los alemanes", dijo, "no vemos ninguna alternativa a la Unión Europea. Queremos la unión política y no un simple mercado". Ovacionado párrafo a párrafo, terminó en español: "Europa es nuestro futuro. Adelante, pues".

Rühe superó los términos de la cortesía con Aznar, al que dijo que sabe bien cuánto es "el aprecio" de Helmut Kohl "por el PP y por tu trabajo en Europa". Sin embargo, al presentarle y tras referirse a Kohl como "uno de los mayores estadistas del siglo", el presidente de los eurodiputados del PP, Abel Matutes, cometió un desliz. Adelantó que Rühe anunciaría una próxima visita del canciller alemán a España, anuncio que no se produjo.

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