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Una falsa máquina de falsificar billetes desencadenó el triple crimen de Alcalá

Jan Martínez Ahrens

Mataron por una quimera. Antonio Andrés López Cerezo, de 38 años, y Vassil Nikolov Bacanov, búlgaro de 35, ambos porteros de discoteca, han sido detenidos como los supuestos autores del triple crimen de Alcalá de Henares (166.000 habitantes). La policía sostiene que las víctimas, dos empresarios, valencianos arruinados-Ignacio Rives Rocher,de 47 años, y José Luis Izquierdo, de 27- y un estafador camerunés -Leopold Toukan-, intentaron sacar dinero a sus verdugos con el denominado timo de la guitarra, basado en un truco con una máquina que supuestamente falsifica billetes. Un engaño. Pero los acusados se, lo creyeron. Tanto que decidieron apropiarse del fabuloso aparato -un simple barreño con planchas- y matar a los tres timadores. Siete balazos al pie del monte Gurugú. Los cadáveres calcinados fueron descubiertos el pasado 16 de agosto en el interior de un coche robado. En el curso de la redada desatada por la policía por este brutal asesinato han sido capturadas otras siete personas, de las que tres han quedado en libertad. Entre los arrestados figuran Petre George, de 28 anos, y Manuel B. R., de 37, en calidad de encubridores, así como dos cameruneses amigos de Toukan y que fueron detenidos por su relación con un intento de timo de la guitarra en la Comunidad Valenciana.La policía afirma que los supuestos asesinos pertenecían a una banda de ladrones de coches.

Los dos supuestos criminales trabajaban de porteros en una discoteca de la urbanización Nueva Alcalá. Un local público en el que se movían a sus anchas pese a que López Cerezo posee antecedentes por agresión a un policía, y Nikolov, por contrabando, encubrimiento, lesiones y compra de objetos robados. Sobre otro de sus compinches detenidos, Petre George M., pesaba una orden de ingreso en prisión por un homicidio frustrado. La policía, además, sostiene que todos ellos estaban implicados en una red de venta de coches robados. Una banda de la que en, principio parece desligado Manuel B. R., el hombre que puso en contacto a dos tramas que buscaban lo mismo: dinero fácil.

Los dos empresarios, acuciados por los problemas económicos, conocieron este año al camerunés Leopold Toukan, quien ya había intentado engañar en Valencia a un industrial con el timo de la máquina. En este caso, en el que contó con la colaboración de sus dos com-. patriotas arrestados, había pedido 30 millones de pesetas. A cambio ofreció 90 millones en billetes falsos.

El truco consiste en presentar a la víctima un recipiente con planchas y reactivos químicos en el que se introduce un billete. Tras una serie de manipulaciones, se sacan otros dos billetes auténticos -preparados de antemano-, que se hacen pasar por copias del primero, -pese a que poseen numeración distinta- Tras esta demostración, se le pide a la víctima una elevada suma para sacar más, copias. Una vez con el dinero en la mano, los timadores huyen.

Este método, en desuso, según la policía, atrajo a los dos empresarios valencianos, quienes decidieron dar el golpe en Madrid. La segunda quincena de julio,. Manuel B. R. les presentó a López-Cerezo y a Nikolov. En un chalé, los timadores ofrecieron una muestra del poder de su máquina. Quedaron para una nueva cita. El 15 de agosto, los tres víctimas viajaron a Madrid en un R-19, que dejaron en un aparcamiento de la plaza del Carmen.

Aunque los detenidos se han negado a prestar declaración ante la policía, los investigadores sostienen que los supuestos homicidas decidieron matarles, para apoderarse de la falsa máquina de falsificar. Así, la víspera del crimen robaron un Volkswagen Golf blanco en Chamartín. En su interior les asesinaron la madrugada del 16 de agosto en el barranco de Azaña, al pie del monte Gurugú, en Alcalá. Los cadáveres fueron descubiertos esa misma noche. Tras acribillarles a balazos, les habían quemado con gasolina. Los cuerpos, en el asiento de atrás y con los brazos hacia delante, quedaron irreconocibles.Entre los restos se hallaron siete casquillos del calibre 9 Parabellum y un pasaporte camerunés con la numeración troquelada. Esta pista condujo hasta Valencia, donde residía el africano. La policía descubrió, sus antecedentes como estafador y estableció la identidad de sus dos compañeros de andanzas. Mientras tanto, la publicación del triple crimen en la prensa alertó a los familiares de los dos empresarios, que presentaron una denuncia por su desaparición. La policía les relacionó con, los fallecidos. La prueba del ADN confirmó su identidad. Se inició la reconstrucción de sus últimos movimientos, de su zozobra económica y de sus intentos de dar un gran golpe junto al camerunés.

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Las pesquisas abocaron en Manuel B. R., el hombre que sirvió de puente entre los supuestos homicidas y sus víctimas. Precisamente, en su chalé de Villalbilla (2.600 habitantes) se alojaba López Cerezo.

La redada policial, como adelantó este periódico, se inició el pasado jueves y no finalizó hasta el domingo. En la vivienda que ocupaba López Cerezo lo! agentes descubrieron la pistola Star con la que se cometió el triple crimen. El arma fue sustraída en 1994 a un policía del distrito Centro -el robo fue denunciado-. Durante el registro también se encontraron tres escopetas de caza -una con los cañones recortados-, munición y un Seat Toledo con matrícula falsa.El siguiente detenido fue Nikolov, en cuyo domicilio de Madrid la policía requisó dos grilletes y los útiles que llevaba el camerunés para dar el timo: un frasco de tintura de yodo -el supuesto reactivo de la máquina de falsificar-, numerosos papeles recortados con el tamaño, de un dólar, algunos billetes entintados y medio millón de pesetas. El búlgaro también ocultaba 31 llaves de coche sin dentar y 13 proyectiles del 9 Parabellum.

Tanto las matrículas falsas como las llaves sin dentar indican, según la policía, que los detenidos -incluido Petre George- estaban implicados en una red de robo de coches. Su especialidad consistía en extraer el bombín del vehículo para falsificar la llave. Por estos hechos, la policía aún persigue a otro miembro de, la banda. Uno de los datos que, más sorprendieron a los investigadores fue la elección del lugar del crimen, un recóndito barranco de difícil acceso. La policía mantiene que los detenidos conocían el emplazamiento por su proximidad al chalé de López Cerezo.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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