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Huellas del primer gran asalto

Cappa alude a la "presión del entorno", y el Barcelona aplaude su nueva "solidez defensiva".

El Madrid-Barça ha dejado huella. El análisis de los protagonistas refleja dos equipos distintos a la pasada temporada. En Chamartín culpan "al entorno", un virus desconocido hace un año. Si existía, al menos estaba soterrado. Y en Barcelona reconocen que el equipo presenta este curso un nuevo disfraz: la magia del un Dream Team ha dado paso a grupo "más rudo y sólido" "El Madrid está entero: juega bien, tiene entrega y decisión". Así se expresó ayer Angel Cappa, segundo entrenador del Real Madrid, una vez repasado sosegadamente el vídeo del Madrid-Barça. En su opinión al equipo blanco "sólo le faltó precisión en los últimos metros, concretar las muchas situaciones, de pregol que se crearon". Para el técnico, el partido estuvo siempre del lado madridista, "estaba incluso más fácil que el del 5-0 del pasado año". ¿Qué ocurrió entonces? "Solamente la ansiedad evitó que ganaramos con amplitud".

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Cappa atribuye la "ansiedad" a una "presión" generada "artificialmente" por el entorno del club. Un entorno perfectamente identificado por el segundo de Jorge Valdano, que prefiere, por ahora, no ponerle nombres. Cappa lamenta la situación que padece el equipo, víctima, en su opinión de una hecho anómalo: "Las instituciones deben apoyaran a los equipos y acá resulta que es al revés; no puede ser". Asegura que un club que acaba de ser campeón merece "mayor crédito". Cappa apostilla: "Cuando ganábamos todos los mediocres estaban escondidos, esperando; pero ahora han brotado todos"'.

Sobre el césped, la "ansiedad" afecta a los jugadores, que se sienten más atenazados. Un hecho qué se traduce una "pérdida de atrevimiento del equipo". Según Cappa, el aspecto que más ha variado respecto a la última temporada: "Ahora tienen miedo al riesgo". No obstante el brazo derecho de Valdano reconoce que algunos jugadores rindieron el pasado año "por encima de sus posibilidades". Ahora, el cuerpo técnico debe procurar un equilibrio".

De cara al futuro, la mejor terapia para el equipo sería "apelar a la serenidad para vencer las urgencias"

Resultados sin belleza

"Hemos perdido un poco de espectáculo, pero hemos ganado tranquilidad en defensa. El juego bonito por sí solo no da Ligas. Lo que importa son los puntos". Gica Popescu, el zaguero del Barça, se expresa con la misma contundencia con que actúa en el campo. Tres frases le bastaron para resumir la sensación que se palpa en el vestuario: el Barça ha abandonado la esencia del Dream Team, inspirado en su jue go ofensivo, pero se ha transformado en un conjunto ordenado y sólido, capaz de aguantar 50 minutos con 10 hombres en el Bernabéu.Priman ahora los resuItados sobre la, belleza del juego. El rumano, cuya entrada al equipo le ha dado un cariz más defensivo, no oculta que el Barca jugó para amarrar el resultado en la segunda mitad. "No olvidemos que era un partido muy difícil, pero aguantamos con tranquilidad de trás. De todas formas, al final, ellos estaban muertos".

El Barça se va quitando el disfraz. La Liga avanza y el conjun to ofrece el perfil de un equipo rudo, curtido, sólido como una roca en defensa, que no le tiembla el pulso si debe recurrir, para sorpresa de muchos, al juego duro.

El Barça ha marcado 10 goles y, encajado sólo tres, uno de ellos de penalti. La defensa, que recibió la temporada pasada una lluvia de críticas, ha ganado en entereza y en concentración . El portero Carles Busquets reconoce que vive ahora mejor: "Creo que el equipo amarra más en el centro del campo que antes. Los contrarios no llegan tan solos. Las líneas están más juntas".

"A ver quien era capaz de pasar por ahí", dijo un peso pesado de la plantilla. Se refería a la alineación de Cruyff: Carreras, Abelardo, Nadal, Popescu. Una muralla humana que supera el 1,80. "No ha cambiado nada respecto al año pasado. Somos los mismos jugadores", contestó Sergi a bote pronto, dolido por considerar injusta la expulsión. Después recapacitó y convino en que la táctica ha cambiado. "Estamos más centrados en defensa. Popescu nos ayuda mucho. A Pep, [Guardiola] le cuesta mucho más defender. No creo que se gane ni se pierda espectáculo si jugamos 11 contra 11 [en referencia a su expulsión] y movemos la pelota como sabemos". Nadal se sumó a la misma tesis: la defensa se mueve con mayor serenidad.

Guardiola ha sido el sacrificado del movimiento de fichas de Cruyff. El centrocampista era antes el tiralíneas del Barça y ayer reconoció que saltó al Bernabéu más a defender a Redondo y a su amigo Laudrup que a crear ocasiones de gol. Pese a recordar que falta aún una eternidad de Liga, asegura que el partido ha podido generar dudas en el Madrid mientras ha ratificado la línea del Barça que ha ganado, dice, en orden, estabilidad y confianza. Se resiste a creer que el conjunto de Cruyff haya renunciado a sus señas de identidad: "Pueden jugar más defensas que antes, pero nuestra mentalidad es la misma", afirmó.

Charly Rexach, ayudante de Cruyff, rechazó que el Barça sufra una transformación camaleónica: sostiene que el equipo puede utilizar el mismo sistema y que son sólo las características de los jugadores las que alteran el discurso de un encuentro. "El de Madrid era un partido de guerra. Estuvimos muy bien en el centro del campo y la defensa lo agradeció". El equipo, como sostiene Bakero, ha superado la primera gran batalla del año.

Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona, no estuvo especialmente locuaz, pero dejó caer una frase con cierta carga: "El Madrid del sábado es uno de los equipos con menos fuerza de los que he visto en los últimos años".

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