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El fotógrafo Alfred Eisenstädt fallece a los 96 años

El veterano fotógrafo norteamericano de la revista Life Alfred Eisenstädt falleció en la madrugada del jueves a los 96 años. Mundialmente famoso desde que en agosto de 1945 captó la imagen de un marinero besando a una enfermera en Times Square (Nueva York) celebrando el final de la Segunda Guerra Mundial, Eisenstädt, que residía en Nueva York, murió en una pequeña localidad de Massachusetts, en donde pasaba las vacaciones.Sus trabajos más conocidos son os publicados en Life y reflejan a notorios personajes de la sociedad británica, si bien paradójicamente sus referentes de manual toman como protagonistas a Hitler, Mussolini, Hemingway o Marlene Dietrich en esmoquin. Sin emargo, uno de los retratos que más me impresionó cuando comencé con esto de la fotografía allá por lo, setenta fue el que Alfred Eisenstädt (Dischau, Alemania (hoy Polonia), 1898;) captó del. rostro de Bertrand Russell publicado en un ejemplar de Life el 14 de enero de 1952. Años más tarde descubrí que era el autor de una de las instantáneas más reproducidas en la historia del medio con un beso como argumento: la foto de un marinero abrazando a una enfermera bajo una constelación de confetis con ocasión de la victoria norteamericana en el Pacífico el 14 de agosto de 1945. Y también que fue uno de los pioneros en utilizar la película en color en el fotorreportaje (1945) junto a Felix H. Man que lo hizo tres años más tarde.

En su haber consta un porcentaje notorio de acciones estéticas, que no mercantiles- de ese mítico producto periodístico americano creado el 23 de noviembre de 1936, que cambió en este siglo la concepción de la prensa ilustrada: la revista Life. Realizó, además de numerosos repor tajes, más de 85 portadas para ella. Es famosa su hoja de 25 contactos en la que en 24 registros aparece un Winston Churchill aburrido y malhumorado con la impresión de estar pasando frío, hasta la número 25, en la que Eisenstädt se dirigió a él y le es petó: "La banda se ha puesto a tocar, Dios salve al Rey". En un acto reflejo Churchill se puso en pie, semidespabilado y automáticamente hizo su fa mosa señal de victoria con los dedos, y así obtuvo un retrato clave y ya histórico.Como otros colegas de origen judío tuvo que recurrir al exilio. Anteriormente, en los años veinte, cubrió como colaborador gráfico de la agencia Associated Press el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Thomas Mann. Tras una breve vuelta a Berlín, en 1935, lo reclama el grupo Time de Estados Unidos. Debido a la precariedad de medios editoriales de reproducción en la década de los cincuenta la mayoría de los fotógrafos optó por sofisticados equipos de gran formato para que en la imprenta no se devaluara la calidad de la copia original. Eisenstädt se olvidó de ello y de la parafernalia al uso que padecía cualquiera que debía ser retratado en un estudio, apostando por una ligera Leica con la que se permitía el lujo de enfocar y disparar desde los ángulos que no eran habituales entonces. Ya había experimentado con una cámara similar en la guerra de Etiopía. Él nunca se consideró un reportero de rutina o al uso: "Mi tarea no es la de un fotógrafo con un buen equipo que va a cumplir una función sino la de un visitante casual de aquellos que retrato con una pequeña cámara, tres objetivos y un trípode minúsculo", escribió en 1952.

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