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Respiro para el presidente colombiano con la detención del 'número dos' del 'cartel de Cali'

Con un contundente golpe polícial, la captura de Miguel Rodríguez Orejuela, el Gobierno del presidente colombiano, Ernesto Samper, respondió ayer, domingo, al acoso político, por presunta filtración de dinero del cartel de Calí en su campaña electoral, que la semana pasada lo colocó contra las cuerdas y lo dejó tambaleando. La detención del número dos de la cúpula mafisa de Cali supone un alivio para el mandatario, que hoy cumple su primer año de gestión, marcada, desde su inicio, por el cuestionamiento y presión de Estados Unidos, que nunca vio con buenos ojos la elección del candidato liberal.

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En la operación de captura del jefe del narcotráfico de Cali participaron agentes de la Marina, la Policía y el Ejército, con apoyo logístico y de inteligencia de miembros del Departamento Estadounidense . Antidrogra (DEA). El mafioso no opuso resistencia. Levantó las manos -no tenía ningún arma- y dijo: "Yo soy Miguel Rodríguez Orejuela". Lo confirmó con su cédula número 6095803, de Cali. "El tipo estaba demacrado, se notaba física y moralmente descompuesto", relató el subdirector de la Policía, general Luis Enrique Montenegro, uno de los altos mandos que se desplazó desde Bogotá para el cerco final.Eran las 4.30 del domingo, don Miguel, alias El Señor, de 52 años, se disponía a "meterse en la caleta [escondite]" de la habitación principal de la residencia de la primera de sus tres esposas, Amparo Arbeláez, cuando 14 hombres del Comando Especial Conjunto, que lo perseguía hace varios meses, irrumpieron "con toda la fuerza y derribaron" la puerta de acceso al apartamento del piso 10 del, edificio Buenos Aires, en el selecto sector Cerro de las Tres Cruces, a las afueras de la capital del Valle del Cauca, en el oeste de Colombia.

La cúpula del cartel, al que la DEA atribuye el tráfico del 801/o de la cocaína que se consume en su territorio, quedaba prácticamente desarticulada y el clan de los hermanos Rodríguez Orejuela, tras las rejas.

"Sabemos quiénes son los jefes del cartel de Cali y los vamos a poner tras las rejas", prometió Samper al Congreso norteamericano cuando resultó ganador de la segunda vuelta electoral, a mediados de 1994, fíente al conservador Andrés Pastrana.

Hasta ahora está cumpliendo. Ésa es una de las razones por las que algunos analistas creen que Samper se mantendrá en el poder, pese a la crisis que suscitaron las denuncias del, ex tesorero de. su campaña, el anticuario Santiago Medina, quien la semana pasada puso a volar fotocopias, minuciosas cuentas y versiones sobre la penetración de dineros calientes en la campaña liberal, dentro del llamado Proceso 8.000. No está claro si las primeras declaraciones de Miguel Rodríguez Orejuela tras ser detenido le van a beneficiar o no: "El presidente es un hombre honesto. No financié su campaña. Santiago Medina es un mentiroso".

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El escándalo se cobró la cabeza del ex gerente de la campaña y ministro de Defensa, Fernando Botero (hijo del escultor del mismo nombre), que dimitió el pasado jueves y deberá declarar ante la Fiscalía. También fue citada, para una declaración libre, la esposa de Samper, Jacquin Straus, que recolectó fondos a través de una fundación privada.

Contestaré una a una a las calumnias. (...) Los rumores están derrotando las evidencias. (...) Mi vida, como ya lo he dicho, es un libro abierto. (...) No voy a dejar que el país se contagie del desconcierto que aprovecharían unos pocos para sus propósitos siniestros", afirmó Samper, quien pidió que el Parlamento le investigue.

Mañana empieza el debate en la Cámara baja, a la que corresponde juzgar al Ejecutivo, pero la falta de credibilidad de este organismo, como, en general de todas las instituciones, no parece suficiente aval para acallar los rumores. Lo que sí daría respaldo al debilitado Gobierno, al que le quedan por delante tres años de mandato, sería el acuerdo a que pueda llegar con el Partido Conservador, cuya dirección oscila entre ordenar el. retiro de sus tres ministros (Comercio Exterior, Transporte y Trabajo) o buscar un punto de conciliación.

"Deberían renunciar, pero se van a quedar atornillados a la chanfaina, [empleo], pronosticó el diputado Roberto Gerlein. Tal vez se cocina una nueva versión del Frente Nacional, que permitió alternarse en el poder, entre 1954 y 1978, a los dos grandes partidos. La clase empresarial, alentada por los buenos índices económicos, no quiere repetir el caso mexicano, y los sindicatos casi no existen.

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