"Mi vida es mía"
Stephen Spender no se anduvo por las ramas cuando atacó Mientras Inglaterra duerme (Anagrama y Columna), la novela del joven escritor estadounidense David Leavitt que plagiaba descaradamente su autobiografía Un mundo dentro del mundo (Muchnik Editores). Spender sacó la artillería del viejo maestro, ya de vuelta del mundo, para atacar al joven imberbe -debió de pensar- que le plagiaba: "Habría aceptado el plagio si la novela fuera digna de Tolstoi, pero no es más que una novelucha desagradable, un robo. Leavitt no se saldrá con la suya", dijo, y consiguió que la venta de la novela se parase en Estados Unidos y que se introdujesen algunas correcciones que evitaron que la cosa fuese a mayores. "Mi vida es mía y no de David Leavitt", resumió el escritor.La novela de Leavitt presenta como protagonista a un escritor, Brian Botsford, cuyas peripecias guardan muchas similitudes con las que expresa Spender en su autobiografía. Los dos son escritores británicos de los años treinta, los dos acaban de llegar a Berlín, y tienen una relación homosexual con un obrero comunista... El obrero, en ambos casos, se une a las Brigadas Internacionales y lucha contra el fascismo en la guerra civil española...
Leavitt negó primero las acusaciones de plagio, pero después no pudo dejar de admitirlo. "Quería poner unas palabras de agradecimiento al poeta en el prefacio, pero el abogado de mi editorial me lo desaconsejó". Spender, además de irritarse por el plagio en sí -llegó a calificar al libro de "sucia copia" de su autobiografía-, se sintió ofendido por el lenguaje mucho más descarnado de Mientras Inglaterra duerme.
Los cambios introducidos por Leavitt fueron, al final, mínimos: más de detalle que de contenido. Las referencias a Berlín dejaron paso a una inconcreta "ciudad de Alemania", Valencia quedó en Zaragoza y otras sutilezas por el estilo. Spender, sin embargo, se dio por satisfecho. Su vida, a pesar de Leavitt, seguía siendo suya.
