Urna por los aires
EN EL País Vasco, defender los principios democráticos requiere respaldar las convicciones personales con valor. Valor cívico y personal es lo que demostraron ayer los concejales de los cuatro partidos que eligieron al nuevo alcalde de Hernani, frente a las agresiones de tipo fascista de que fueron objeto por parte de simpatizantes de Herri Batasuna (HB) que ni siquiera ahorraron el gesto simbólico de hacer saltar por los aires la urna destinada a la votación. Las amenazas de los amigos de ETA, que habían difundido pasquines claramente intimidatorios contra los concejales de los partidos democráticos, no impidieron que en otros ocho ayuntamientos se formasen coaliciones destinadas a cerrar el paso de HB a la alcaldía.Se trata de una decisión cuya oportunidad política puede ser discutible. Pero es legítima, democrática y coherente con la situación vasca actual. En Hernani, los partidos que se han coligado recogieron 5.150 votos, frente a 3.670 de HB. Este partido, aun siendo la fuerza más votada, había quedado lejos de la mayoría absoluta, por lo que habría tenido que gobernar frente a una oposición heterogénea pero mayoritaria. La coalición es una solución democrática y lógica. Pero es sobre todo coherente con el hecho de que entre las fuerzas políticas vascas exista una, sólo una, que apoya el uso de la violencia y la intimidación como argumentos políticos; y que, como volvió a demostrar ayer, no, respeta las reglas del juego democrático.
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