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Entrevista:

"La comunicacion es crucial en el proyecto mundial de fusión"

Cuando se logre, la fusión termonuclear suministrará energía a gran escala, cos escasos riesgos de contaminación, a partir de combustible tan abundante como el agua de mar, (de la que se extraeel deuterio) y sin peligro de que el reactor se salga de control. El mes que viene tendrá lugar un hito en esta larga marcha hacia la fusión, al definirse el diseño básico del ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el proyecto más importante del mundo de cooperación internacional. Su meta es cubrir la primera e imprescindible etapa para conseguir la explotación comercial de la fusión en el año 2050: tener demostrada para 1998 su viabilidad científica y técnica

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Robert Aymar, francés (59 años), es desde el año pasado director del ITER. Su antecesor, de la misma nacionalidad, salió del cargo por descontento con su gestión por parte de los cuatro socios: La Unión Europea, Japón, Estados Unidos y Rusia. Coordinar la actividad de científicos e ingenieros en laboratorios de todos los países desarrollados está demostrando ser casi tan difícil como lograr este reactor, cuyo diseño básico está a punto de hacerse público. El proyecto ITER, que tiene tres sedes regionales (en Japón, Alemania y EE UU), una dirección. de proyectos y una estructra original, es el primero de su tipo, señala Aymar, quien, entre viaje y viaje para mantener ese espíritu de equipo que considera fundamental, lo dirige desde San Diego (EE UU). Ningún español forma,parte de los equipos directivos de ITER.Pregunta. ¿Qué tipo de proyecto es ITER?

Respuesta. Es un sistema complejo que tiene que basarse en reactores muy grandes, de unos 1.000 megavatios de potencia. Es sólo para países desarrollados. Se basa en conocímientos físicos que no están completamente establecidos pero vale la pena investigar porque el combustible no estará limitado nunca. Es un proyecto a largo plazo y por eso es cooperativo.

P. ¿Cuál es su marco?

R. A principios de 1987, Mijaíl Gorbachov propuso a François Mitterrand y Ronald Reagan lanzarlo. Pasaron tres años de definición y cuando se vio que todos los socios tenían la misma idea sobre lo que había que hacer para demostrar que la fusión es viable científica, técnica y económicamente se decidió fundir los esfuerzos en uno solo. En julio de 1992 se firmó el acuerdo formal para hacer el diseño de ingeniería durante seis años, hasta 1998.

Cuatro socios

P. ¿Cómo funciona?

R. Los cuatro socios tienen iguales derechos y beneficios, iguales contribuciones en gente, dinero y trabajo de investigación. Todos los resultados finales pertenecen a todo el mundo y cada socio puede decidir lo que hacer con ellos. Hay un equipo nacional por cada socio que comprende investigadores de los sectores público y privado. Están implicados varios centenares de investigadores y técnicos.

P. ¿Y la financiación?

R. No manejamos dinero. Cada socio se comprometió a dedicar 1.000 millones de dólares de 1989 [120.000 millones de pesetas al cambio actual] durante los seis años (la mitad para el equipo de casa y la mitad para el equipo de diseño), así como cierta cantidad de esfuerzo humano. Lo que sí hago es comentarle a cada socio en qué áreas se debe gastar el dinero y si estamos de acuerdo firmamos un proyecto de cooperación.

P. ¿Qué dificultades se han presentado?

R. Cuando yo llegué había habido dificultades de comunicación. No es fácil comunicar a gente de tantos países, con distintos idiomas. Lo que pasa es que hay que comunicar y convencer a todos, a los laboratorios, a la industria, no se puede imponer nada. Quizá no sea la forma más eficiente de trabajar, pero es la única. El que haya un único esfuerzo tiene por objetivo ahorrar pero hay áreas en las que todo el mundo quiere trabajar, y es imprescindible evitar duplicar el trabajo.

P. ¿Cómo evita estas dificultades de comunicación?

R. Por un lado nos basamos en la comunicación electrónica, el teléfono, las videoconferencias. No utilizamos para nada el correo, todo va por las redes. Hemos tenido que elegir un programa estándar para los diseñadores, porque en los dibujos, los esquemas, participa gente de muchos sitios distintos. Y también tenemos reuniones continuas, a todos los niveles, para conseguir que el trabajo sea colectivo. Y yo trato de ser muy convincente, tengo que convencerlos para que crean en lo que hacen.

P. Los rusos fueron pioneros en los tokamak. ¿Cómo funciona la participación rusa?

R. Aunque fueron los primeros ya no son los más avanzados, desde hace tiempo. Dispersaron mucho sus esfuerzos, estuvieron contemplando muchas diferentes posibilidades durante mucho tiempo. Respecto a su participación, cuando empezó el proyecto era alta prioridad para el Gobierno. Ahora hay problemas de dinero, aunque existe una gran voluntad de continuar en él.

P. ¿Cómo será la máquina?

R. Es un tokamak muy grande, de unos 30 metros de altura. Tendrá los imanes superconductores más grandes que se hayan fabricado nunca. Gran parte del tritio necesario se obtendrá en el propio reactor.

P. ¿Cuál es el calendario?R. En julio estará listo el diseño básico y para julio de 1998 el diseño de detalle de las diferentes partes. Entonces los socios tendrán que tomar la decisión de construir el reactor de prueba y de dónde hacerlo. Empezará la segunda fase.

P. ¿Será un prototipo?

R. No, eso tiene que quedar claro. En experimentos de laboratorio se ha demostrado que se puede confinar el plasma, pero no que se puede encender y controlar su combustión. Tenemos que extrapolar los resultados y no sabemos cómo va a resultar de verdad, por eso damos márgenes por todas partes, que hacen que el reactor no esté optimizado. La siguiente generación podrá ser más pequeña, segura y barata. Lo que sí se sabe es que los costes de capital serán altos pero los de funcionamiento muy bajos porque el combustible lo es y la seguridad es un problema mucho menor que en la fisión nuclear.

P. ¿Por qué?

R. Hay cierta activación de la estructura por los neutrones producidos, pero no habrá residuos de larga vida, ni habrá cenizas de la combustión. Y el reactor no podría explotar, de hecho lo dificil es conseguir que no se apague.

P. ¿Es ésa una gran dificultad?

R. Sí. Estamos hablando de un proceso muy sensible. A 30 centímetros de un plasma a 200 millones de grados de temperatura el metal estará frío. Serán sólo dos gramos de combustible.

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