_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Arma de doble filo

La primera gran rival. Mary Pierce es la primera jugadora de las 10 primeras del mundo que se cruza en el camino de Arantxa en este torneo. Hasta ahora ha tenido partidos más o menos duros, pero Pierce tiene más nivel que las demás rivales. El juego de la francesa es devastador y ésa es su mejor virtud. Sin embargo, Arantxa juega con la ventaja de haberle ganado muchas veces y de que Pierce sigue precisando de un título del Grand Slam para consolidar su carrera. Eso puede crearle a Mary Pierce una cierta ansiedad.

A remolque. Es fundamental que Arantxa acepte que será Pierce quien lleve la batuta del encuentro. En la final que las enfrentó en Roland Garros la pista favorecía a Arantxa. Aquí, no. En MeIbourne la superficie potencia más el juego de Pierce. Pero esa circunstancia puede convertirse también en un arma de doble filo. Pierce deberá ajustar mucho sus golpes porque Arantxa la obligará a ello. En Flinders Park, Pierce puede librarse un poco de la presión ambiental que le producía jugar en su país. En cambio, el público australiano estará mucho más repartido entre las dos tenistas.

Más información
Arantxa repite final en Australia

Evitar obsesiones. Arantxa debe olvidarse de que si gana será la número uno del mundo. Alcanzar la cima preocupa a todo el mundo, y a ella más. Desde los 10 años lleva diciendo que será la mejor. Pero no debe obsesionarse con esa idea. Debe quitársela de la cabeza. Y puede ayudarla mucho saber que, si no gana en Melbourne, será número uno sólo unas semanas más tarde porque Graf debe defender muchos puntos en los próximos meses.

El horario. Al margen de lo anterior, existen una serie de circunstancias que pueden afectar al desarrollo del partido. El horario, por ejemplo, es una de ellas. Si el partido se juega a pleno sol y con mucho calor, el desgaste de Pierce será más rápido que el de Arantxa. En esas condiciones, cuanto más dure el encuentro mejor para Arantxa. Y seguro que Arantxa lo alarga todo lo que pueda. Pierce puede ir perdiendo eficacia a medida que el partido avance.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_