Niña de la guerra, compañera, amiga
Cuarenta años de amistad y experiencias compartidas; fugaces momentos alegres y largos anos sombríos me unen a Carmen Martín Gaite. Precisamente ayer, nos reuníamos para seleccionar unas fotografías que van a ilustrar el libro de sus conferencias sobre Ignacio Aldecoa. Las fotografías pasaban de su mano a la mía. Imágenes de las infancias, la universidad, los amigos. Imágenes de nuestra juventud lejana y siempre viva. Hubo un momento en que los ojos se nos llenaron de lágrimas. Demasiadas ausencias, insoportables recuerdos. Aquellas cartulinas en blanco y negro eran la historia de nuestras vidas. Nos despedimos como arrebatadas por un vendaval de melancolía. Pero hoy el día ha amanecido sin nubes. Al mediodía, el sol del otoño brillaba con todo su esplendor. Y enseguida ha saltado la noticia: Carmen Martín Gaite, premio nacional de las Letras Españolas. Su teléfono está bloqueado de llamadas. No es posible hablar con ella. Desde aquí quiero enviarle mi más efusiva enhorabuena.Porque si hay un premio merecido es este suyo. La obra de Carmen es un prodigio de rigor, extensión y variedad. En una prosa excelente, en un castellano que le viene de la voz de su padre y de las aulas salmantinas, Carmen Martín Gaite narra, cuenta, reflexiona, critica, analiza, divaga, dramatiza, Desde la novela y el Cuento hasta la poesía y el teatro, pasando por el ensayo histórico y sociológico, la literatura para niños, la traducción, las conferencias, Carmen Martín Gaite, exigente con su obra, extiende a los demás esa exigencia, y sólo toma partido cuando se trata de la calidad y la autenticidad literarias.
"Siempre me ha apasionado oír hablar a la gente", dice en El cuento denunca acabar, "se trate o no de palabras d¡rígidas a mí". He aquí una de las claves de la personalidad humana y literaria de la escritora: escuchar, saber escuchar y encontrar también quien sepa escuchar.
Por otra parte, en su libro de ensayos La búsqueda de interlocutor, afirma que en todos los artículos seleccionados "se roza profundamente o lateralmente un asunto al que he comprobado que más tarde o más temprano acaba remitiendo cualquier posible reflexión sobre los conflictos humanos: el de la necesidad de espejo y de interlocutor, se sepan o no buscar ...".
El premio concedido a Carmen Martín Gaite es un premio de reconocimiento a una obra hecha, pero no terminada.
Po el contrario, al avanzar en su quehacer literario, Carmen investiga nuevas formas, explora nuevos temas, enardecida por una pasión sorprendentemente juvenil que la arrastra por los caminos de la literatura.
Este prestigioso premio viene a destacar la ya conocida calidad de la obra de Carmen Martín Gaite, narradora de los cincuenta, niña de la guerra, compañera, amiga.
