_
_
_
_
_

Los 'cristianos' de El Campello exhiben su fortuna

La localidad alicantina gasta el dinero del 'gordo' en sus fiestas patronales

Han tirado la casa por la ventana. Los habitantes de El Campello (Alicante) han esperado la llegada de sus tradicionales fiestas de moros y cristianos para dejar bien sentado que son millonarios. El pasado 22 de diciembre, la lotería repartió 21.000 millones de pesetas del gordo de Navidad, en este pequeño pueblo marinero y turístico que no supera los 12.000 habitantes censados.Pero la lluvia de millones apenas si se había notado hasta ahora; la vida cotidiana de la población casi no se había alterado. Sólo la repentina presencia de muchos coches nuevos en las calles del pueblo, junto con el visible trajín generado por las numerosas obra! de mejora y reforma de viviendas emprendidas por muchos vecinos y el asalto que en los primeros días sufrieron las tiendas del pueblo, especialmente las de electrodomésticos, dejaban entrever que algo había pasado en El Campello.

Pero las cosas han cambiado con motivo de las fiestas anuales de moros y cristianos que se celebran estos días. Los cristianos de la comparsa Jaume I hicieron millonarias a miles de personas y, ya en el mes de diciembre, anunciaron que las fiestas de este año -dedicadas, paradójicamente, a la Virgen de los Desamparados, patrona del pueblo- serían "sonadas". Y han cumplido. Han pasado de vender papeletas para recaudar fondos con los que mantener la fiesta al derroche más ostentoso.Como si de un local estable se, tratara, la cábila o barraca de Jaume I, que este año ostenta la capitanía cristiana, se anuncia con un lujoso rótulo de tubos de neón, cuando lo habitual entre los festeros es colocar una pancarta pintada a mano o, en el mejor de los casos, un simple tablón de madera.

Los cristianos han alquilado para instalar su cuartel general todos los bajos de un edificio recién construido, en el que ofrecen bebida y comida gratis a cuantos les visitan. Se nota el dinero, y la cábila se asemeja más a una sala de fiestas que a un recinto popular. Guardias jurados controlan el acceso a la zona reservada a los integrantes de la peña y sus amistades.

En el interior se ha reproducido fielmente una discoteca. Potentes equipos de sonido e iluminación acorde a las circunstancias verifican que el dinero del gordo de Navidad ha visto por fin la luz. En la calle, no se han quedado a la zaga. Un equipo de rayos láser anuncia a varios kilómetros a la redonda que ellos están allí, de fiesta. Otra discoteca en el exterior, con idéntica calidad de luz y sonido, y una orquesta ponen la guinda.

El Campello vive su fiesta millonaria. "Se nota una cosa mala que tocó la lotería", dice una integrante de la comparsa mora de Els Veterans, situada dos calles más abajo de la de Jaume I. "Ha venido más gente de fuera que nunca, hasta el punto de que en los desfiles no conozco a nadie de las primeras filas".

Cinco días de festejos culminarán mañana, sábado, con la misma ostentación. Algunos cristianos, para alimentar ese morbo, incluso comentan que este año se llegaron a plantear romper con la tradición, y en lugar de batallar para reconquistar el castillo pensaron en lanzar directamente una oferta de compra a los moros. Y es que el dinero aburguesa, ya se sabe.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_