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CUMBRE FINANCIERA EN MADRID

Los países en desarrollo dedican 26 billones al año a infraestructuras

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los países en desarrollo es su alarmante carencia de infraestructuras. Año tras año, estos países destinan a cubrir ese vacío unos 200.000 millones de dólares (unos 26 billones de pesetas), según se recoge en el Informe sobre el desarrollo mundial 1994. Infraestructura y desarrollo, elaborado por el Banco Mundial. Esta cifra supone el 4% del producto bruto y un 20% de las inversiones totales de las naciones en desarrollo. Con ello, en los últimos 15 años, el número de familias que han podido acceder al agua potable directamente ha aumentado un 50%.Estas espectaculares cifras están, sin embargo, muy lejos de cubrir las necesidades mínimas de estos países, a los que les queda una largo trecho por recorrer hasta llegar a ser desarrollados. Por ejemplo, todavía hay 1.000 millones de personas que no pueden acceder al suministro de agua potable.

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El Banco Mundial advierte que la solución a este problema no es un mero cálculo de las necesidades de inversión o de solicitar más fondos. También es una cuestión, y así lo recoge el estudio en una de sus conclusiones, de aumentar la eficacia de los escasos recursos existentes. Se deben mejorar situaciones como la que eligen los expertos del Banco Mundial: "El 40% de la capacidad de generación de electricidad de los países en desarrollo no está en situación de producir, porcentaje que es el doble del registrado en los sectores de energía eléctrica de rendimiento máximo de los países de ingresos bajo, mediano y alto".

Alternativas

El informe no sólo se limita a describir esta caótica situación, sino que ofrece tres tipos de medidas para mejorar los servicios de infraestructura:

-Aplicar principios comerciales de explotación. Ello supone dar a los proveedores de servicios unos objetivos claros y explíctos, presupuestos bien definidos, autonomía financiera y responsabilidad sobre los resultados. Los Gobiernos tendrían que mantenerse al margen de la gestión, aunque con un control sobre el desarrollo de la actividad de los proveedores.

-Ampliar la competencia. Es decir, disponer que los proveedores puedan competir por captar la totalidad de un mercado (por ejemplo, licitando por la obtención del derecho exclusivo de explotación de un puerto durante diez años), por captar clientes dentro de un mercado (compitiendo distintas compañías telefónicas por prestar el servicio a los abonados), y por obtener contratos de suministros específicos (empresas que participan en las licitaciones para abastecer de energía eléctrica a una compañía de electricidad).

-Mayor participación de los usuarios. El informe propugna que los usuarios intervengan en el diseño del servicio, así como en su desarrollo- y control.

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