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La radionovela de Mario Conde

El ex presidente de Banesto niega pagos políticos después de insinuar que había 'comprado' las exenciones fiscales para la Corporación

El ex presidente de Banesto Mario Conde declaró ayer que Banesto no dio una peseta ni al partido socialista ni a ningún miembro del Gobierno a fin de obtener las exenciones fiscales solicitadas para crear la Corporación Industrial en 1990, según él mismo había insinuado ocho días atrás en otras declaraciones. "Yo creo que hay que tener las ideas muy claras. Se ha hablado de que si hay comisiones ilegales, de que si hay corrupción en ese pago. Yo le digo rotundamente que no hay nada ni de comisión ilegal ni de corrupción, ni de pago a políticos ni de pago a miembros del partido en el Gobierno, ni de miembros del Gobierno", aseguró ayer Conde al periodista Luis del Olmo, en una entrevista en Onda Cero.¿Se puede ser intervenido tras perder el capital y las reservas de un banco, unos 370.000 millones, provocar un quebranto patrimonial de otros 219.000 millones más y dar por toda explicación que se ha sido objeto de la manía persecutoria del Banco de España? La respuesta, positiva, no aporta ninguna novedad.

El ardid ha sido utilizado por una gran parte de los gestores afectados por la crisis que tumbó a unos- sesenta bancos españoles a finales de los años setenta y primeros de los ochenta. El libreto es siempre el mismo: la intervención del banco emisor no estaba justificada, y como entre sus efectos secundarios ha estado la pérdida de depósitos, cosa que todo el mundo sabe, la culpa de todos los males revierte al banco emisor.

En su última representación, Mario Conde recoge, ante un Luis del Olmo pertinaz, la carnaza informativa que él mismo había echado a las fieras la semana pasada. En una entrevista con El Mundo había dicho que "Banesto pagó 600 millones a una sociedad ( ... ), había que vencer el clima político creado por Carlos Solchaga, contrario a la concesión de exenciones a la Corporación "Industrial. Nosotros necesitábamos un asesoramiento, pagamos 600 millones y conseguimos las exenciones fiscales. Eso es todo".

Posible cohecho

Ayer, el mismo día en que EL PAÍS publicó las facturas del citado asesoramiento, pagadas el 11 de julio de 1990 a la sociedad Argentia Trust, domiciliada en Saint Vincent (Antillas), tras ser preguntado el ex presidente de Banesto sobre este tema, en el que él mismo había insinuado un posible cohecho, la respuesta ya era diferente.-Le digo: no hay ningún pago ilegal, no existe ningún pago por corrupción ni a políticos. Yo comprendo que ahora que están de moda esos temas puedan quererse llevar las cosas por ahí. Pero de verdad, sincerísimamente, no es eso lo que ocurrió -dijo Conde.

-Pidan ustedes explicaciones, pero en ningún momento ni 600 millones ni un duro a ninguna sociedad, a ningún ciudadano, para conseguir ventajas fiscales para la Corporación. Nada de nada agregó Del Olmo.

-No, señor...

-Pero ¿entonces ese muerto, quién levanta ese muerto?

-Quenosotros pagamos a unos profesionales para que nos ayuden en ese proceso no sólo es cierto... Es cierto...

-Para que les ayuden, perdón, señor Conde, para que les ayuden a qué, a conseguir ventajas fiscales...

-Para que nos ayuden a explicar nuestro proyecto... en determinadas instancias y se comprenda que es un proyecto razonable y que merece que se le concedan las exenciones fiscales. Eso es exactamente lo que hacemos, y nada más. Y eso es una actividad perfectamente legítima y profesional ...

-Seguro que es legítimo ...

-Absolutamente... Insisto, no solamente en España, sino en todos los países occidentales...

-A mí me suena eso a cohecho, señor Conde..., qué quiere que le diga...

-Pues de verdad que no..., absolutamente que no... Por uno u otro conducto, a mí me suena que ese dinero va al partido socialista o va al Gobierno con el fin de que le tengan en cuenta y alguna ventaja fiscal a la Corporación Industrial de Banesto llegue.

-Le garantizo..., le garantizo dos cosas... Una: le garantizo que no fue ése el objetivo, sino todo lo contrario... Y dos: le garantizo que durante ese periodo de tiempo...

-No fue ése el objetivo o no fue ésa la intención...

-Ni la intención ni el objetivo. Además, durante el tiempo que he convivido, le garantizo que ni una sola peseta ha ido a ningún miembro ni del partido socialista ni del Gobierno. Eso me consta... Eso me consta.

Exenciones fiscales

Si, en el terreno de las exenciones fiscales, Conde ha dado una marcha atrás espectacular, aún se aferra a tres puntos de su argumento original: la inexistencia de agujero patrimonial en Banesto, el apoyo de J. P. Morgan y la abstinencia del presidente del Gobierno, Felipe González, en la decisión de intervenir el banco.Que los problemas de Banesto no eran contables los reconoció Conde al presentar un plan, a finales de diciembre de 1993, para salir nuevamente, apenas seis meses después de la macroampliación del verano, al mercado internacional de capitales para buscar dinero fresco: la emisión de 400 millones de dólares de bonos subordinados convertibles, aplazada en el otoño de 1993, y dos nuevas ampliaciones en 1994. Si se trataba de un problema contable, ¿para qué buscar dinero fresco desesperadamente?

El segundo punto, la invocación a la carta de apoyo de J. P. Morgan del 27 de diciembre, omite dos hechos: fue Morgan quien aplazó la emisión de bonos convertibles ante el deterioro de la situación de Banesto y el conocimiento de hechos irregulares, y además también fue quien dijo el 22 de diciembre, en presencia de Conde, en el Banco de España que no aseguraría dicha emisión. Los compromisos de J. P. Morgan se fueron reduciendo a su mínima expresión.

Información de J. P. Morgan

El 25 de febrero de 1994, al explicar su posición ante el Congreso norteamericano, el presidente del banco, Dennis Weatherstone, escribió: "Durante el otoño de 1993, J. P. Morgan inició su declaración de garantías (due diligence) en conexión con la emisión de 400 millones de dólares en bonos subordinados convertibles. J. P. Morgan tuvo conocimiento de ciertos problemas en Banesto relacionados con dificultades de ciertas participaciones accionariales, irregularidades en los estados financieros auditados al 31 de diciembre de 1992 y calidad de los activos". Según Weatherstone, "el descubrimiento de estos problemas condujo a la decisión de retrasar la emisión de bonos hasta que hubiese estados financieros auditados al 31 de diciembre de 1993 con la información de los problemas revelados en la declaración de garantías con las soluciones propuestas".No resultaría extraño, pues, que J. P. Morgan, de ser llamado Roberto Mendoza, su vicepresidente, a declarar en la comisión Banesto del Congreso, se limitase a ratificar esta declaración ante el presidente del Comité de Banca del Congreso norteamericano, Henry B. González.

Y last but not least, la figura del otro González, el presidente del Gobierno. El 24 de diciembre, González convocó a La Moncloa al ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, y a Luis Ángel Rojo para analizar la situación. Fue allí donde se acordó la destitución del Consejo de Administración de Banesto, corolario de la decisión del consejo ejecutivo del Banco de España de rechazar, el 23 de diciembre, el plan propuesto por Conde. El ex presidente de Banesto explota, pues, la presunta distancia adoptada por González, quizá para evitar que la acción del Gobierno contra él y sus consejeros adictos sea todo lo dura que debiera ser.

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