"La música debería generar sus propias imágenes"
Aunque su música se considera minoritaria, el belga Wim Mertens lleva ya vendidos alrededor de 200.000 discos en España. Esta noche cierra una gira en solitario por ocho ciudades para presentar su último disco, Epic that never was, grabado el pasado octubre en el teatro San Luiz, de Lisboa.Es la primera vez en 13 años que Mertens publica un álbum en directo. "No podía haberlo hecho antes", asegura. "Para mí es importante sentirme sincronizado con lo que estoy haciendo. Alguien me ha preguntado esta semana si podía tocar una composición de 1983 mejor que entonces. La respuesta es no, porque no publico una obra si no me siento totalmente satisfecho. Lo que sí me interesa es presentar las piezas con diferentes instrumentaciones; en mi caso, la tímbrica es un parámetro musical menos relevante".
El cine como inspiración
En el disco hay composiciones ya conocidas y cuatro piezas inéditas, dos de ellas de inspiración cinematográfica. "Fue un encargo del festival italiano de Pordenone. Me pidieron que escribiese la música para dos películas mudas, y yo elegí en la Filmoteca de Bruselas La femme de nulle part, del francés Louis Delluc, de 1922, y un corto estadounidense de 1912".Sin embargo, Wim Mertens se muestra muy preocupado por la excesiva influencia de las imágenes sobre la música: "Nos enfrentamos a un condicionamiento visual que estrecha nuestras capacidades. Y creo que la música debería generar sus propias imágenes, ser autónoma. El único género musical que escapa hoy a ese fenómeno es la música de la Edad Media".
Los éxitos de los monjes de Silos y El piano no parecen causarle la menor sorpresa. "Vivimos una época en la que ya no existe un consenso en cuanto a las formas de expresarse en el arte, pero las compañías de discos todavía piensan que pueden canalizar y manipular la expresión musical como han hecho hasta ahora".
Wim Mertens, hoy, Círculo de Bellas Artes (Marqués de Casa Riera, 2), a las 21.00 y a las 23.30. 2.500 pesetas.
