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Luis Ocaña se suicida en su finca

El ciclista español, ganador del Tour de 1973, se disparó un tiro en la cabeza

Enric González

Luis Ocaña, una gloria del ciclismo español, se suicidó ayer en el cobertizo de su finca, en la localidad francesa de Caupenne de Armagnac, a los 48 años. Un escueto comunicado de la agencia France Presse daba cuenta de la muerte, a las 16.20, del hombre que vulneró la supremacía del belga Eddy Merckx. Ocaña, vencedor del Tour de 1973 y de la Vuelta a España en 1970, se disparó en la cabeza con un arma de fuego. Trasladado a un hospital de Mont de Marsan, su reanimación fue imposible. Murió tres horas después. Varios allegados suyos declararon que padecía una cirrosis hepática producida por una hepatitis que se generó a raíz de una transfusión de sangre. Las mismas personas, aseguraron que no sufría cáncer y que su estado no era irreversible.

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Un hombre que sufría

El ciclismo español continúa embarcado en una temporada tenebrosa. A la muerte del joven Antonio Martín en un accidente sigue el fallecimiento de Ocaña, el hombre que sucedió a Bahamontes en el liderazgo de los ciclistas nacionales. Ninguna de las personas que habían mantenido contactos con él en los últimos días sospechaban un desenlace de esta naturaleza, aunque algunos amigos confirmaron ayer que Ocaña padecía una cirrosis hepática. Estas personas mantuvieron que la enfermedad no tenía carácter irreversible ni había provocado la aparición de un cáncer, como se divulgó en algunas informaciones. La dolencia fue detectada recientemente.Ocaña residía en' la región de las Landas, en el suroeste francés, donde era propietario de una finca de viñedos. Pese a residir en Francia y disponer de pasaporte francés, nunca renunció a la nacionalidad española. "El mayor orgullo que he tenido como ciclista ha sido vestir el maillot de campeón de España", declaró el pasado año. Su actividad empresarial la compaginaba con su trabajo como comentarista de ciclismo en la cadena de radio COPE, emisora a la que había, llegado después de prestar sus servicios a la cadena SER y a Antena 3. Casado y con dos hijos, en los últimos meses se había deteriorado su relación con su mujer. Al parecer, se encontraba en trámites de separación.

La vida de Ocaña siempre se desarrolló a caballo de España y Francia. Nacido en Priego, (Cuenca), su familia emigró

Francia en el año 1957. Se inició como ciclista en las carreras locales del sur de Francia, donde mereció la atención de los directores de equipos españoles. Su primer equipo profesional fue el Fagot, un equipo que intentaba replicar al dominio que ejercía el célebre Kas. Allí coincidió con ciclistas como Txomin Perurena y Luis Otaño. Su calidad le llevó de inmediato a erigirse en la gran figura del equipo y del pelotón español.

Su irrupción cautivó a una generación de aficionados, que pudieron seguir sus hazañas por medio de la televisión. Ciclista de enorme clase, de carácter, capaz para la escalada y la contrarreloj, fue el único hombre que llegó a cuestionar la hegemonía de Eddy Merckx. Ganó el Tour de 1973 después de perderlo en 1971 en una caída en el puerto de Menté, en los Pirineos, cuando llevaba varios minutos de ventaja al astro belga.

Su vida alternó siempre momentos exultantes con jornadas dramáticas, tanto como corredor como en su etapa posterior de director del Teka, del equipo colombiano de 1983 y del Fagor. Sufrió dos graves accidentes de coche y una operación de riñón. "He estado mas cerca de la muerte que de la vida", declaró entonces.

Hace escasos días se reunió con José Manuel Fuente, otro de los grandes del ciclismo español, para tratar de negocios. "Le encontré muy bien, como siempre, tan guapo", afirmó ayer Fuente, compañero de batallas ciclistas. El ex ciclista asturiano comentó que en ningún momento le dijo que tuviera ningún problema grave. En la reunión trataron de los problemas derivados de la explotación de la finca de Ocaña.

José María García, jefe de deportes de la COPE, que desde hace varios años contrataba los servicios de Luis Ocaña como comentarista de las grandes carreras por etapas, atribuyó ayer a su estado de salud la "única explicación posible" al desenlace. "En 1983, a consecuencia de un accidente automovilístico le realizaron una transfusión de sangre que le provocó una hepatitis C y, recientemente, una cirrosis". Los estudios médicos estiman que el 50% de los afectados por este tipo de hepatitis desarrollan una enfermedad crónica de hígado en un plazo de 10 a 25 años y en muchos casos un cáncer. El accidente se produjo cuando el ex ciclista abandonaba su finca de Mont de Marsan y se estrelló con un camión.

Cuidados constantes

El periodista indicó que durante la última Vuelta a España, Ocaña necesitaba ponerse una inyección cada 48 horas. "Tenía muchos problemas con los médicos, no se fiaba", dijo García. Éste rechazó tajantemente que el corredor tuviera dificultades económicas y apuntó que durante la Vuelta a España había "medio arreglado" sus problemas familiares. García aseguró que el estado de salud era delicado, pero desmintió que Ocaña padeciera cáncer y que su situación fuera irreversible. En la mañana de ayer, a través de una conversación telefónica, una coordinadora de deportes de la COPE concretó con Luis Ocaña su presencia en el Giro, que comienza el domingo. Ocaña indicó que se desplazaría el sábado a Bolonia, donde se inicia la ronda italiana.

Todas las personas cercanas al gran campeón, coincidían en señalar que Ocaña era un hombre de carácter impetuoso, casi vehemente. Como ciclista fue un corredor valiente, sin medida, un rasgo que fue decisivo en los numerosos percances que sufrió durante su carrera deportiva. En la memoria del ciclismo español quedará para siempre su caída en el col de Mente en el Tour de 1971, el primero que vio a Merckx convertido en un humano después de sus excepcionales demostraciones anteriores. Otra de sus pasiones fue la velocidad. Varios de sus ex compañeros manifestaron que sentía debilidad por los coches de grandes cilindradas. Ocaña sufrió dos graves accidentes de carretera que pusieron en peligro su vida.

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