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¿En vaso o del grifo?

San Isidro recupera su pozo milagroso y miles de madrileños acuden a festejarlo

Una hora después de que el párroco de la parroquia de San Andrés bendijera la reapertura del pozo de los milagros en la antigua casa de san Isidro, 500 personas ya se habían asomado por el brocal. En cuestión de cinco segundos comprobaban aliviadas que- después de 22 años- el agua seguía en su sitio, a 20 metros de profundidad. Acto seguido continuaban el recorrido hasta la fuente del patio renacentista para beber el agua santa en vaso de plástico o en la mano.La primera fase de reconstrucción del antiguo palacio de los condes de Paredes ha concluido tras cinco años de excavaciones y edificaciones. El municipio ha invertido 320 millones de pesetas y debe aportar otros 300 para que el futuro Museo de San Isidro quede terminado.

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Vindicación de los fantasmas.

Penumbra reinante

El legendario pozo ha quedado situado en una sala de 30 metros cuadrados. Pese a la penumbra reinante, el fondo del pozo está ligeramente iluminado mediante un sistema de espejos colocados en los muros para que reflejen el haz de luz natural que cae desde la linterna. Una barandilla, a la altura de la cadera de un adulto, es la única barrera. "Es una barrera virtual. Qúisimos dejar expuesto el brocal originario sin reconstruirlo", explica Cleto Barreiro, uno de los arquitectos que han ejecutado la obra.

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-La capilla ha recuperado el color hueso original de sus paredes y el verde manzana de las molduras. Las pinturas de Zacarías González Velázquez e encuentran en plena restauración.

A lo largo del recorrido abierto (el vestíbulo de entrada, la capilla, una sala de exposiciones, la habitación del pozo y el patio renacentista) se percibe una curiosa mezcla entre lo efímero y lo definitivo. Las losetas de la capilla se cambiarán por losas de mármol en damero y los paneles de aglomerado de madera que limitan el patio serán de hormigón. De momento, no hay fecha para el inicio de la segunda fase de la remodelación, que contempla la construcción de toda la segunda planta.

Una cola de 200 personas esperaba al mediodía de ayer su turno para beber el agua de san Isidro, que un motor bombea de un viaje de agua subterráneo y lleva hasta la fuente, que tiene un grifo dorado para cortar el chorro.

La plaza Mayor, a la misma hora, estaba abarrotada. Unas 4.000 personas contemplaban la exhibición de bailes regionales. Los vendedores dominicales de sellos se mezclaron con el público isidril y aprovecharon para atraer a nuevos clientes. Un solo barquillero atendía las necesidades de los presentes. Todos los demás estaban en la romería de San Isidro.

El augurio de lluvia y el frío no pudieron con la tradición: el paseo que conduce a la ermita del Santo era un hormiguero incesante. La pradera se llenó de manteles, pero no hubo siesta. Las familias optaron por extender las viandas sobre el tapete, pero comieron de pie debido a la humedad de la hierba.

Aranjuez también festejó a san Isidro. Numerosos devotos acudieron ayer en romería al Real Cortijo, una pedanía de 300 habitantes situada a unos 10 kilómetros de la capital ribereña, informa Mercedes Santos.

Tras el tradicional paseo de la imagen del santo por la aldea, la subasta de productos agrarios comenzó a la una de la tarde. Gallos, espárragos y fresas, cestas de alcachofas, cerezas y manzanas, un conejo, ramos de flores y una barbacoa fueron los principales lotes adjudicados. La recaudación fue de 235.000 pesetas, que se destinarán al mantenimiento de la iglesia de la aldea.

La subasta ha sobrevivido gracias a las donaciones de productos del campo que realizan los vecinos. Juan Pastrana, encargado de la organización, asegura que desde hace años "esto ya no es lo que era". En los años sesenta se alcanzaron hasta las 32.000 pesetas por un manojo de espárragos, que ayer fue subastado por 8.000.

Pozo de los milagros, plaza de San Andrés, s/n. De martes a domingo, de 9 a 14 horas. Gratis.

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