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Tribuna
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Queremos tren, señor presidente

¿Por qué dicen que no es necesario un tren Chamartín-Alcobendas-San Sebastián de los Reyes?Estas localidades, y en su día Algete, han crecido y crecerán mucho en estos años. Tanto que, prácticamente, están unidas entre sí y la capital, conformando con ésta una unidad. Eso es visible desde el eje de la Nacional-I. La evolución urbanística planificada va a incrementar el número de habitantes hasta las 250.000 personas; además, la demanda de transporte se va a ver incrementada por las necesidades de unos polígonos industriales y de servicios que se extienden desde la mencionada Nacional-I y la carretera hacia Colmenar, justo. en los límites con la Universidad Autónoma, subsumiendo la otrora carretera- Madrid-Burgos, conocida actualmente como la carretera de Fuencarral. Por su parte, el crecimiento del polígono de San Sebastián de los Reyes alcanza la bifurcación de la antigua y la nueva Nacional-I. Los terrenos que eran la frontera entre el casco urbano de Alcobendas y la zona de La Moraleja, denomina s Arroyo de la Vega, ya están en plena urbanización.

Sirvan estos pequeños apuntes para clarificar el despropósito de no querer construir un modo de transporte colectivo rápido, seguro, conectado con toda la metrópoli -sólo el sureste (Arganda del Rey) carece de ferrocarril-, no contaminante y que mejora la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Recientemente se ha construido un tramo círcunvalador de la Nacional-I, con lo que entre el acceso antiguo, junto al nuevo, más las vías de servicio, hay de cuatro a cinco carriles por sentido desde Madrid (M-30) hasta Algete..., colapsados en las horas punta todos los días. Es lógico. Es la lógica del uso no alternativo de transporte colectivo. Se colapsó la de cimonónica carretera de Fuencarral a pesar de su de sagüe a la autovía de Colmenar, se colapsó la carrete ra de Burgos y se colapsarán las que vengan detrás.

Las promesas hechas en su día han sido sistemáticamente incumplidas. Ante el recordatorio de la vigencia de las demandas populares, origen de las promesas insatisfechas, ha habido escasa respuesta, aunque significativa.

El alcalde de San Sebastián de los Reyes, el socialista José Luis Blanco, publicó un artículo (EL PAÍS, 20 de diciembre de 1993) defendiendo el proyecto ferroviario con adecuados argumentos, que están en nuestra propia concepción de servicio público, pero sin mayor fortuna, por lo que parece, en las normas dictadas por su propio partido, coligado, a efectos de política general, con la derecha nacional(ista).

De hecho, una estrella de los programas electorales, tanto de PSOE como de Izquierda Unida, para las elecciones autonómicas de, 1991 era la consecución de un tren. Ya en presupuestos generales anteriores IU presentó enmiendas que fueron derrotadas, con el consiguiente perjuicio al ciudadano madrileño.

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El culebrón se volvió a airear como consecuencia de la fallida operación especulativa y de dinero negro de los terrenos suceptibles de expropiación por parte de Renfe, que dinamitaron al señor Valverde, antiguo presidente de la misma, ministro de Sanidad y primero de los Gobiernos sucesivos del presidente González que presentó la dimisión.

La segunda manifestación, globo sonda interesadamente filtrado por este periódico en días contemporáneos a la discusión de la enmienda en el Senado, es un informe de una consultora a resultas de un encargo ministerial -del que se desconocen los criterios y contenidos-que revelaría (?) la escasa rentabilidad económica de dicho tren. Su argumentación sería el escaso flujo de pasajeros que robaría al transporte individual y una demanda insuficiente que compensase las inversiones (18.000 millones de pesetas) necesarias para finalizar un proyecto que en su momento se redactó con miras especulativas para rentabilizar las compras de terrenos antes que siguiendo criterios técnicos.

Los datos que conocemos nos reafirman en lo contrario. Aunque es cierto que se han incrementado las cantidades necesarias para que este proyecto no nato se haga realidad y que, mientras, se han gastado esa cantidad en las autovías que se intercalan en Alcobendas-San Sebastián de los Reyes, la escasa distancia entre el ramal de ferrocarril (menos de ocho kilómetros), la todavía posibilidad de construcción a cielo abierto en todos sus tramos y, sobre todo, la imperiosa necesidad de que la acción política se traduzca en la satisfacción de las necesidades sociales, nos hace albergar esperanzas en que si se mantiene la reivindicación ciudadana, finalmente se construirá.

Estamos a tiempo. Hay que compaginar la necesidad ciudadana y la factibilidad económica. Hay usos alternativos del gasto público. La ciudadanía debe exigir la traducción presupuestaria de sus demandas sociales y la fidelidad a los compromisos electorales. En eso estamos.

es concejal de IU en Alcobendas. es edil de IU en San Sebastián de los Reyes.

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