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Peritos de la defensa dicen que la droga anuló la voluntad del duque de Feria, pero no su inteligencia

"El procesado tenía un gran deterioro de su voluntad y era semiinimputable". A esta conclusión llegaron los cuatro peritos de la defensa que ayer informaron al tribunal que juzga al duque de Feria. Dos forenses, un psiquiatra y un psicólogo aseguraron que las altas dosis de cocaína y de alcohol, y la "vorágine de medicamentos", anestésicos e hipnóticos que consumía Rafael Medina le hicieron peder su voluntad, pero no su inteligencia.Los peritos aseguraron que, aunque el duque de Feria ya no sufre ese trastorno, en los primeros meses de 1993 y hasta que fue detenido, desde el punto de vista médico-forense, no puede ser plenamente imputado de los actos que cometió "durante la mayor parte de las horas del día o de la noche"

Los doctores Diego Canales, Antonio Coy, Luis Frontela y Jesús Martínez de Fe justificaron su dictamen en el análisis de los datos aportados por el propio encausado, algunos de sus amigos, dos de sus hermanos,personal de la empresa del duque y dos médicos que lo trataron. Y concluyeron que Medina,sufrió a comienzos de 1993 "un grave deterioro psicoórganico, de su capacidad de juicio, laboral y social, aunque éste ahora ya no existe". Añadieron que en una escala de 1 a 90, donde el enfermo mental se corresponda con el 1 y la persona sana con el 90, el aristócrata se situaría entre el 31 y el 50.

La quinta sesión del juicio quedó suspendida hasta el próximo jueves. En la sesión de la tarde, una de las procesadas , Sandra Álvarez, sufrió un desvanecimiento, por el que tuvo que abandonar la sala de vistas y recibir asistencia médica.

Por la mañana, el tribunal estimó que el testimonio de Manuel Peracaula, un panadero jubilado de 64 años, presunto testigo del rapto de la menor Ana María le ofrecía más credibilidad que la versión facilitada por Flora Trabajo, madre de la niña.

Incredulidad del tribunal

Antonio Gil Merino, presidente de la sala, resumió así la diligencia del careo a la que ambos fueron sometidos: "Al tribunal le ofrece mayor sensación de veracidad el testigo señor Peracaula". Las dudas sobre la presunta implicación o colaboración de Flora Trabajo en el rapto de su propia hija sembraron de comentarios la sala.Al inicio de la sesión declaró a puerta cerrada una chica de 17 años a la que supuestamente Rafael Medina le hizo fotos en biquini en 1992, cuando tenía 15 años. Esta joven, que habría sido captada para el duque por una mujer cuando se encontraba en una piscina pública, contó lo sucedido a su padre, y éste a la policía, aunque no interpuso denuncia.

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Inmaculada Solís Borja, recepcionista de los apartamentos donde residía el duque de Feria, no supo decir cuántos apartamentos había, ni cómo se controlaba la entrada a los mismos ni su horario de trabajo. Por su parte, la empleada de una duquesa demostró ante el tribunal la actitud que ante el juicio ha tomado la aristocracia:" Trabajo en casa de una duquesa, pero me han dicho que no diga su nombre". Ante el requerimiento del tribunal confesó: "Es la duquesa de Osuna".

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