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García Vargas teme que si se responde a "Ia brutalidad" en Bosnia crezca la violencia

El ministro de Defensa, Julián García Vargas, declaró anoche en Madrid que la intervención militar de la OTAN en Bosnia-Herzegovina es posible, pero tiene sus inconvenientes. "Por un lado, uno quiere dar respuesta a la brutalidad, pero, por otro, uno piensa si esa intervención no acabaría por generar una escalada de violencia, que acabarla pagando la población civil que queremos proteger", señaló.Asimismo, advirtió que las opiniones públicas de Europa y Estados Unidos no están dispuestas a afrontar en los Balcanes un coste de bajas más allá de las actuales. España ha perdido ya 11 hombres en la antigua Yugoslavia.

García Vargas quiso dejar claro que en las dos zonas amenazadas de una intervención aliada el posible llevar a cabo un ataque aéreo. En el caso de Srebrenica, que tiene por objeto facilitar el relevo de las tropas de Unprofor en la zona Ia tarea debe ser realizada por aviones. F-16 o F- 18. En Tuzla, donde se pretende abrir el aeropuerto hoy dominado por los serbios, el ataque sólo podría Ser llevado a cabo por cazas estadounidenses.

Decisión de la ONU

En cualquier caso, recalcó que la decisión final corresponde al secretario general de Naciones Unidas, Butros Gali, y al Consejo de Seguridad de la ONU.El ministro reconoció que España no tiene intereses vitales en Bosnia, sino sólo el interés humanitario y el deseo de garantizar la seguridad de Europa. En cualquier caso, comentó que "no hay nada negativo en defender los intereses vitales económicos de la nación", como ocurrió en la guerra del golfo Pérsico.

Rechazó la idea de que la iniciativa alemana de reconocer a Croacia y Eslovenia es el origen del conflicto: "Los europeos podríamos haber actuado con más fortuna, pero lo que está claro es que nosotros no desencadenamos el conflicto, que se fue gestando en los años ochenta".

García Vargas intervino en un coloquio organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y de Política Exterior (INCIPE). El ministro negó que en la guerra de los Balcanes haya "un juego de viejas alianzas", de alemanes frente a británicos y franceses.

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