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Suspendido de empleo un general italiano investigado como presunto golpista

El ministro italiano de Defensa, Fabio Fabbri, suspendió ayer al general Franco Monticone, jefe de la Fuerza de Intervención Rápida italiana, al que se investiga en Florencia por su presunta participación en los preparativos de un supuesto golpe de Estado. En un comunicado del Departamento citado se afirma que la suspensión es meramente cautelar, pero se indica que el ministro Fabbri ha sido informado de "graves errores y faltas intolerables" en la conducta del general sancionado.La medida sorprendió ayer, ya que apenas horas antes el propio ministro de Defensa había dado a entender que el supuesto plan golpista era pura fantasía.

Los problemas del general Monticone derivan de la denuncia de una ex amante, Donatella Di Rosa, casada con un teniente coronel del Ejército. Donatella afirma que ha sido testigo de los contactos mantenidos por Monticone con mercenarios extranjeros, principalmente croatas, y terroristas de extrema derecha italianos para preparar un golpe que comenzaría con la toma de las instalaciones de la televisión estatal, en Roma, y la ocupación de edificios del Gobierno.

Intento de chantaje

La denunciante y su marido intentaron primero chantajear al general, que les llevó a comisaría cuando le pidieron 700 millones de liras (unos 60 millones de pesetas), a Cambio de su silencio. Monticone ocultó a la policía el verdadero motivo del chantaje, pero Di Rosa lo contó todo.La denuncia fue acogida con cautela, pero la investigación ha aportado elementos que tienden a confirmar detalles sorprendentes contados por la denunciante. Entre otros, indicios de que el terrorista italiano Gianni Nardi, oficialmente muerto en Mallorca en 1976, sigue vivo. Donatella dice que está todavía en España y que ella lo ha visto recientemente con Monticone. Testigos independientes han confirmado que Nardi vive.

En la deteriorada situación política italiana se han hecho frecuentes las alusiones y expresión de temores generalmente imprecisos a que las cosas degeneren hacia una salida no constitucional.

Tales temores adquieren una coloración particular bajo las perspectivas de que de las próximas elecciones generales, previstas para la primavera de 1994, salga un país dividido en tres zonas difícilmente conciliables: una norte dominado por la Liga; un centro de izquierdas, donde los ex comunistas serán mayoritarios; y un sur que todavía se reconoce en la Democracia Cristiana y otras fuerzas de Gobierno del anterior, periodo.

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En ese contexto, hay que mencionar la dura polémica que durante la semana pasada enfrentó al líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, con el jefe de Estado Mayor, general Goffredo Canino. El militar salió al paso de las tendencias secesionistas que con frecuencia expresa Bossi, y advirtió que el Ejército las combatirá en bloque.

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