_
_
_
_
_

Salió el toro encastado

Antonio Lorca

Álvarez / Litri, Jesulín, Chamaco

Toros de Manuel Alvarez, bien presentados, blandos, muy encastados y nobles. Destacaron 1º, 2º, 5º y 6º. Litri: pinchazo y estocada caída (oreja); pinchazo y media (ovación). Jesulín de Ubrique: estocada caída (oreja y dos vueltas); pinchazo hondo y estocada (oreja y dos vueltas); salió a hombros. Chamaco: media perpendicular, pinchazo -aviso- y dos descabellos (silencio); media, pinchazo --aviso-, dos pinchazos y tres descabellos (palmas). Plaza de Almería, 24 de agosto. Tercera corrida de feria. Casi tres cuartos de entrada.

Cuando sale el toro encastado, todo el mundo se pone Firmes. No hace falta que luzca un gran trapío. Basta que tenga casta, que vaya y venga, que derroche nobleza... Cuando sale el toro encastado, aunque sean blando, los toreros se echan a temblar. Unos, porque no saben lo que hacer con aquella cosa negra que no deja de embestir, y además, caen en la cuenta de que no saben torear; y otros, porque a pesar del triunfo, saben que las orejas las ganó el toro.En Almería salió ese toro y aún debe estar embistiendo. Salió ese toro y aún deben estar pensando Litri y Chamaco lo duro que puede ser el toreo. Y eso que el público alienta a los toreros como si fueran sus hijos. Pero hay un presidente que come y bebe como los demás -la merienda dura aquí 25 minutos-, pero mantiene el rigor a prueba de las más duras broncas.

El mejor de la tarde fue Jesulín, y le pidieron las dos orejas de cada toro. El presidente no consintió dar su brazo a torcer, convencido de que los dos toros habían estado por encima del torero. Jesulín demostró que avanza en su concepción del toreo y que quiere convencer con lo fundamental; trazó buenos muletazos con ambas manos, pero sus toros exigían un torero más experimentado y con una visión más artística de la lidia. De todos modos, Jesulín triunfó en toda regla y su faena al quinto se convirtió en una gran fiesta en la que participó la plaza entera. Pero el presidente -el que sabe, sabe- no concedió más que una oreja. Jesulín no había utilizado el capote en toda la tarde más que para dar mantazos, y el usía decidió que las segundas orejas eran para los toros, que bieti las A Fin de cuentas, Jesulín salió a hombros y los toros están colgados en una carnicería.

A Litri le tocó un buen primer ejemplar y demostró que, a veces, se puede estar peor de lo que uno se imagina. Fuera de sitio, con un exagerado pico y muleta retrasada, sin confianza... y el toro no hacía más que embestir. Litri no dio ni un pase, que también es mérito con el recorrido que tenía el animal. En su segundo, flojo, se relajó un poco más.

Chamaco debutó en Almería y, en justicia, ha comprado todas las papeletas para no volver. Estuvo peor que Litri. Al deslucido tercero se lo quitó de encima como pudo. El último padeció el defecto de embestir, y aún no sabe el toro si estuvo en una plaza o en un tiovivo. La faena de Chamaco fue desligada, superficial, basta, rápida y mareante.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_