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Los conservadores de Suráfrica, blancos y negros, rechazan el plan constitucional

Los partidos que negocian el futuro de Suráfrica presentaron ayer el borrador de Constitución que ha de poner fin a más de tres siglos de dominio blanco y en el que se considera la formación de una Asamblea constituyente y el establecimiento de Gobiernos regionales con un variado abanico de competencias. Los partidos conservadores, blancos y negros, rechazaron el documento con objeciones tan drásticas como la del Partido Conservador (CP), heredero del régimen del apartheid, que habló de grave ríesgo de guerra civil. Tales palabras sonaban como el eco de la matanza del día anterior en Ciudad del Cabo, donde 11 personas, en su mayoría blancas, murieron ametralladas en una iglesia por un grupo de negros y blancos."Esto lleva a la guerra civil, a un mayor deteriorio económico y a una espiral de violencia y de delincuencia que reducirá el país a escombros", manifestó Ferdi Hatzenberg, líder del CP, en una

declaración leída inmediatamente después de que se presentara este primer proyecto de Constitución.

El borrador incluye el establecimiento de una Asamblea Nacional, un Senado y Parlamentos regionales. Asamblea y Senado, reunidos en sesión conjunta, formarán la Constituyente, que deberá revisar definitivamente la futura ley fundamental. El texto final habrá de contar con la aprobación de los dos tercios de este órgano y ser ratificado en posterior referéndum por el 60% del electorado. La Constitución deberá estar aprobada dos años después de reunido el Parlamento salido de las elecciones previstas para abril de 1994.

En lo relativo al regionalismo o federalismo -cuestión clave en el proceso negociador, en particular para el Partido de la Libertad Inkatha, esencialmente zulú, que boicotea las discusiones-, el documento propone la creación de regiones con sus Parlamentos y poderes locales, incluidos fiscalidad, orden público, educación y política lingüística.

Una fuente del proceso describió el borrador como un marco "en el que hay algunas partes hechas, pero todavía con muchas partes por trabajar".

La Suráfrica blanca recibió el contenido del borrador aún bajo el tremendo impacto de la matanza dominical en Ciudad del Cabo y temerosa de que la guerra civil de baja intensidad que vienen librando los negros la llegue a arrastrar. Cyril Ramaphosa, secretario general del Congreso Nacional Africano, condenó ayer el ataque y dijo que no se va a permitir lograr su objetivo a quienes quieren destruir el proceso negociador.

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