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El Insalud regula el desvío de enfermos de riñón a centros privados para evitar abusos

El Instituto Nacional de la Salud (Insalud) de Madrid ha enviado a todos sus hospitales una normativa que regula el desvío de enfermos ole riñón necesitados de diálisis a clínicas privadas concertadas. Pretende evitar que algunos de esos centros paguen dinero a los médicos de la Seguridad Social -en este caso, a los nefrólogos- para que les envíen más enfermos. Éste es al menos uno de los objetivos de esa normativa, según explica el director territorial del Insalud, Antolín Rodríguez. Esta norma encomienda a los directores de los hospitales la derivación de estos pacientes.

El Insalud ha decidido redactar esta normativa, de obligado cumplimiento, después de conocer que dos nefrólogos de su plantilla han percibido honorarios de una clínica privada concertada a la que remitían enfermos de diálisis, Estos facultativos tenían un acuerdo con la clínica Instituto de Ciencias Neurológicas por el que percibían un 8% de la facturación total del centro. Ambos enviaban allí a enfermos que precisaban diálisis una vez cubiertas las posibilidades de atenderlos en sus respectivos hospjtales públicos (véase EL PAÍS del pasado 13 de febrero).La diálisis es una técnica destinada a enfermos cuyos riñones no funcionan. Y mientras les llega el trasplante, la única forma de supervivencia es someterse -una media de tres días por semana- a una limpieza de sangre. Por cada sesión de diálisis, el Estado paga a las clínicas privadas unas 17.000 pesetas. En 1992, los grandes hospitales públicos de Madrid desviaron a 928 enfermos de riñón a centros privados para someterse a diálisis.

A raíz de trascender el caso de estos dos médicos, el Insalud inició una investigación. Comprobó (en febrero de este año) que al menos cinco médicos de la Seguridad percibían honora rios mensuales de clínicas privadas de diálisis (aparte de su sueldo de la Seguridad Social) y que otros cuatro, también del Insalud, trabajaban en centros privados bajo las órdenes de otros médicos que les pagaban.

Sobre estos datos, el Insalud ha elaborado la siguiente normativa: "En la medida en que sea posible", advierte el texto, "debe procurarse el tratamiento [del enfermo de riñón] en un medio no hospitalario, asegurando una adecuada eficiencia de los recursos propios". El objetivo es apartar al paciente lo máximo posible del hospital para que se rehabilite mejor y no sufra infecciones.

Otra exigencia es que cada hospital debe tener asignadas "una o más clínicas privadas" para enviar a ellas a sus pacientes. Esta asignación debe hacerse en función de la proximidad geográfica entre el hospital y las clínicas. Debe imperar igualmente el criterio de ecuanimidad. La idea es que ninguna de las dos clínicas -caso de que sean dos- resulte agraviada, puntualiza el director territorial del Insalud, Antolín Rodríguez.

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Estas clínicas privadas pueden funcionar bajo dos modalidades: primera, concertada y con nefrólogos propios desvinculados laboralmente del Insalud. El facultativo estará obligado en ese caso a informar al hospital público de referencia, con una periodicidad trimestral, sobre la evolución de los enfermos que le son remitidos. Segunda, concertada con el Insalud, pero sin nefrólogos propios. Deja clara la normativa que en este último caso los facultativos del servicio de nefrología del hospital público son los responsables de efectuar el seguimiento de los pacientes. Si es así, "el centro privado tendrá la consideración de público y dependerá funcionalmente del hospital de referencia". Pero no podrán recibir ningún sueldo o comisión de la clínica, advierte el máximo responsable del Insalud de Madrid. "No es que antes estuviera permitido, pero algunos médicos han cobrado dinero de las privadas por enviarles enfermos", según fuentes sanitarias.El procedimiento que impone el Insalud para desviar a un enfermo de la Seguridad a una clínica privada es el siguiente: "Del diagnóstico, seguimiento e indicación de diálisis es responsable el servicio de nefrología del hospital público". Ahora bien, cuando los nefrólogos crean que un enfermo necesita someterse a diálisis deben comunicarlo a la dirección del hospital. Ésta será quien determine a qué centro debe ser remitido el paciente, "de acuerdo con la sectorialización establecida". Antes de esta norma había más flexibilidad a la hora de enviar a un paciente a una u otra clínica privada, afirman los citados medios.

Otra de las normas establece: "Se valorará la situación de aquellos enfermos que soliciten el cambio del lugar de diálisis, bien por motivos de proximidad geográfica u otros. Si se autoriza [pasará a depender] a todos los efectos al hospital de referencia del nuevo centro".

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