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Eppic ultima el cierre inminente de la histórica Inpacsa, cabeza de puente de KIO en España

Jefferson Smurfit, propietario del 35% del grupo papelero catalán European Paper Packaging & Investment Corporation (Eppic), antigua Inpacsa, ha decidido cerrar la factoría de Balaguer, en Lérida, la última de las que posee en España. La decisión, que supone la pérdida de 250 empleos directos, se toma tras dos años de cuantiosas pérdidas, cercanas a los 2.000 millones de pesetas durante el pasado ejercicio. Hoy se reúne el Consejo de Administración de Eppic, que adoptará una resolución definitiva. Hoy también se ha convocado una reunión con los sindicatos.

Aunque el motivo formal de este encuentro con los representantes de los trabajadores es iniciar conversaciones sobre el convenio de la empresa, a lo que la empresa se había venido negando durante meses, fuentes sindicales han manifestado que todo apunta a que Eppic "comunicará una decisión muy drástica". Los portavoces de la empresa no quisieron confirmar ni desmentir ayer esta información, pese a las insistentes llamadas de este diario.Inpacsa era una de las empresas industriales más representativas de Cataluña. Precisamente el grupo KIO inició en 1984 su singladura industrial en España, de la mano de Javier de la Rosa, a través de esta empresa papelera, de la que el grupo Torras aún posee el 22% del capital. De esta manera, aunque en esta ocasión con diferentes accionistas, Inpacsa corre la misma suerte que el resto de las inversiones de KIO en España.

En el momento de la entrada de KIO, el presidente de la empresa era Jordi Mercader, quien dimitió pocos meses después y acabaría siendo nombrado presidente del Instituto Nacional de Industria (INI). Hasta la entrada de KIO, Inpacsa era propiedad de la familia Porcioles, uno de cuyos miembros, José María Porcioles, fue el más destacado alcalde de Barcelona durante el régimen franquista.

En 1989, Torras vendió un 35% de su participación en Inpacsa al grupo papalero irlandés Jefferson Smurfit. Inpacsa también desempeñó un papel protagonista en la hasta ahora fallida querella de KIO contra Javier de la Rosa. En este caso, el grupo árabe acusaba a sus responsables en Londres y a Javier de la Rosa de haber desviado beneficios de 8.000 millones de pesetas en operaciones de venta de diferentes filiales a Inpacsa.

La fábrica de Balaguer ocupa actualmente a 250 personas y su producción de papel kraft liner supera las 100.000 toneladas anuales. Para la comarca de la Noguera, cuya capital es Balaguer, el cierre representa un muy duro golpe económico. La facturación del grupo alcanza un volumen de ventas de casi 15.000 millones de pesetas.

Desde que se registraron resultados negativos, en 1991, la estrategia de Jefferson Smurfit ha consistido en ir disgregando Eppic, un holding que, paradójicamente, había creado en 1989 al agrupar en torno a la antigua Inpacsa un conjunto de empresas del sector del cartoncillo. A finales del pasado año, Smurfit adquirió de nuevo a Eppic gran parte de estas filiales, concretamente las de Irlanda y el Reino Unido, y la participación del 30% en Papelera Navarra. Ello no impidió que las pérdidas de la papelera en 1992 experimentaran un crecimiento del 33%, hasta alcanzar los 1.930 millones de pesetas. Hace unos meses, finalmente, Eppic cerró Papelera Riera, otra de las empresas que poseía.

En diciembre pasado, la dirección de la papelera planteó un expediente de regulación temporal de empleo para toda la plantilla. Este expediente fue retirado sin que se diese una explicación clara, aunque fuentes sindicales han señalado que pudo deberse a la mediación del consejero de Industria de la Generalitat, Antoni Subirà.

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