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Fallece en Sevilla el 'cantaor' Beni de Cádiz

El cantaor flamenco Benito Rodríguez Rey, Beni de Cádiz, murió ayer en Sevilla a los 64 años, tras una larga enfermedad que lo mantuvo postrado los últimos meses, según informaron fuentes familiares. Estaba considerado como una leyenda viva del cante, con una larga trayectoria.

Beni de Cádiz inició su carrera hace cinco décadas bailando en el espectáculo de Lola Flores y Manolo Caracol, pero no había grabado nada desde 1971, en que obtuvo las tres primeras medallas del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y el premio al mejor cantaor, y se publicaron estas actuaciones en vivo.

A principios de este año, y ayudado por el compositor Felipe Campuzano, Beni grabó un nuevo y último disco: Y apareció mi cante. "El título del disco Y apareció mi cante, es un homenaje a todos los que han querido oír al Beni y no han podido", dijo Campuzano, quien escribió la mayor parte de estos temas.

Bohemio

Arquetipo del bohemio andaluz, lenguaraz, vividor, artista indisciplinado y de personalidad sencilla, Beni de Cádiz cantó junto a algunos de los grandes nombres del flamenco: Manolo Caracol, Pepe el de la Matrona, Juanito Varea, Cepero o Pericón de Cádiz. Y junto a él bailaron Lola Flores y Manuela Vargas. Con esta última actuó en la Exposición Universal de Nueva York, ente el presidente Kennedy.Era partidario de dar espectáculo en escena cuando se presentaba en público. En una entrevista publicada en abril de este año decía: "Toda la vida he cantado para acompañar al baile. Por eso no hay discos míos en las tiendas, no existen. Pero ahora verán. En el disco nuevo voy a cantar con orquesta y a mi no me va a salir el tiro por la culata".

"Cuando yo salgo a escena hago teatro, como me enseñó Caracol. Esos cantaores que se sientan en su sillita como si fueran zapateros, y 'ole, vamos allá, venga jajai,jajai,jajai', esos no lo llevan dentro. Yo canto las alegrías de pie, que es lo más difícil del mundo. Soy doña Concha Piquer en hombre. Esa es mi definición. Y en vago y en golferas".

Esa es una de las razones por las que su trabajo no ha quedado registrado en muchas grabaciones, que se consideran piezas de coleccionista. Poco amante de las disciplina y de los compromisos profesionales preestablecidos, Beni se inclinaba por la existencia despreocupada.

Su último trabajo discográfico, que aun no ha salido a la venta, quedará como el testamento de un gran intérprete. Lo que no podrá registrar esta grabación es la fuerza vital del gesto y la improvisación de este artista del cante flamenco.

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