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EL FUTURO DE EUROPA

El cubo de Rubik de John Major

El premier, británico resuelve una de las cumbres más complicadas de la, historia comunitaria

El 'cheque' español

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A Felipe González no le gusta que se hable del cheque español Pero no se puede negar que España se llevó una buena tajada en unos presupuestos absolutamente restrictivos. Las únicas partidas que crecen a buen ritmo son las de los fondos estructurales del Objetivo 1 (regiones por debajo del 75% de la renta comunitaria) y las del nuevo fondo de cohesión. España suele llevarse un 25% de los primeros y se preve que consiga entre el 53% y el '38% de los segundos. Así, crecen los presupuestos que interesan a España.El objetivo fijado por la delegación española de doblar el conjunto de ambos fondos ha sido conseguido, según González, tanto para España como para los otros países de la cohesión (Grecia, Irlanda y Portugal). Lo obtenido por España significa que la CE seguirá proporcionando ayudas del Feder a un ritmo parecido y que contará con algo más de dos billones de pesetas para invertir en infraestructuras en los próximos siete años. Lo que se jugaba en la negociación y se ha ganado era, según cálculos a vuela pluma, un margen de 200.000 a 300.000 millones de pesetas de más o de menos.

Inyectar confianza en la economía

Los jefes de Estado y de Gobierno reunidos estos días en Edimburgo han evitado la fácil tentación de decir que la recuperación está a la vuelta de la esquina. A cambió, intentaron lanzar un mensaje de coordinación ante la crisis y de determinación para salir de ella. Con él pretenden recuperar si no el auge económico, sí, al menos, la confianza en que éste volverá pronto.El primero de los elementos de esta estrategia es una declaración política, incluida en las conclusiones de la cumbre, que define las bases de la recuperación, en las que se incluye desde el mercado único al acuerdo sobre presupuestos. El segundo y más importante elemento es la insistencia de que la política económica correcta en un momento de crisis se resume en una palabra: austeridad. De ahí la decisión de los ministros de Economía de estudiar vías de flexibilidad laboral y moderación salarial en el sector público, y dar ejemplo de política salarial a las empresas. La tercera pata de esta plataforma de recuperación es la Iniciativa de Crecimiento adoptada.

Empieza la ampliación

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El canciller alemán Helmut Kohl se salió con la suya. No será necesario esperar a que los Doce hayan ratificado el Tratado de Maastricht para que empiecen probablemente en enero, las negociaciones de ampliación de la Comunidad Europea (CE) a nuevos miembros.España y los países más precavidos lograron, sin embargo introducir en la cumbre una salvaguardia. La negociación con vistas a acoger a nuevos socio no podrá concluir antes de que finalice el proceso de ratificación, pendiente de Dinamarca y el Reino Unido.

Si se cumplen los deseos de Kohl, la negociación se iniciará en enero con Austria, Suecia y Finlandia y, en cuanto la Comisión Europea haya finalizado su dictamen sobre Noruega, el país escandinavo se incorporará a las conversaciones.

Kohl cree que dentro de 12 o 18 meses estará terminada la primera negociación, pero antes de fin de siglo se producirá una segunda avalancha de nuevos ingresos (Malta, Hungría, Polonia, la República Checa, Eslovaquia y las repúblicas bálticas). El caso de Suiza es más complicado tras su no al Espacio Económico Europeo.

Las exenciones danesas

Una serie de argucias jurídicas facilitaron a los jefes de Gobierno la elaboración de una fórmula que permite a Dinamarca librarse de gran parte de las obligaciones de Maastricht, pero que evita a sus socios comunitarios tener que ratificar un nuevo tratado. El acuerdo danés es, probablemente, el mayor logro de la presidencia británica de la CE.Dinamarca se salió con la suya. Consigue aclaraciones e incluso exenciones en lo concerniente a la moneda única, la ciudadanía europea, la cooperación judicial y policial y la política de defensa común. A cambio, sólo se compromete a renunciar a presidir la CE cuando se debatan estas cuestiones.

El primer ministro danés, Poul Schlüter, convocará como tarde en mayo un segundo referéndum y, gracias al acuerdo que concede de hecho a su país un estatuto especial, espera que gane el sí. Teóricamente, ningún otro Estado, miembro de la CE o candidato a la adhesión, podrá gozar de un estatuto similar al danés, que podrá ser revisado a partir de 1996 cuando una conferencia intergubernamental ponga al día Maastricht.

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