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El bosque boreal tambien corre el riesgo de desaparecer

A la creciente atención mundial hacia el peligro de destrucción que acecha a la selva húmeda del Amazonas se une la situación igualmente crítica del otro gran bosque terrestre, los casi seis millones de kilómetros cuadrados de árboles que se extienden por Rusia, Canadá, Alaska y Escandinavia. Los científicos han advertido ya del impacto global que está teniendo el constante deterioro del medio ambiente en ese territorio especialmente en Rusia y Canadá- que alberga más de la mitad de las coníferas del mundo. En la cumbre de la Tierra que se celebrará en junio en Río de Janeiro, el deterioro, explotación y futuro de los bosques será uno de los principales temas de debate.Desde el aire, el bosque boreal, que se extiende a lo largo de una estrecha franja por las regiones subárticas del planeta, es un mosaico verde de diferentes especies de árboles, con lagos y pantanos, en una zona desolada del mundo que sufre temperaturas bajísimas y la oscuridad de la noche continua durante meses, según describe Mark Cheater, investigador del Instituto Worldwatch, especializado en temas de ecodesarrollo."Este bosque no sólo es vital por las especies naturales que mantiene, sino que también desempeña un papel crucial en la moderación del clima de la Tierra", explica Cheater. "La taiga, nombre ruso del bosque boreal, absorbe de la atmósfera dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, y lo almacena en el humus y otros materiales orgánicos", .continúa el experto, quien explica que hay más carbono almacenado en la región boreal que en todas las selvas húmedas tropicales del mundo.

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Cheater advierte que la actividad industrial en la taiga siberiana y sus alrededores está incrementando el número de árboles exterminados por la lluvia ácida, los incendios y la contaminación. La regeneración del bosque boreal después de la tala puede tardar más de un siglo, y mientras tanto cientos de especies animales, como el tigre siberiano, pueden desaparecer.

La desmembración de la Unión Soviética y la caída del poder central, la situación de las economías locales y la acuciante necesidad de divisas fuertes han hecho de la explotación masiva de la madera en los bosques siberianos, la llamada taiga, un recurso fácil, afirman Armin Rosencranz y Antony Scott, del Centro para la Energía Pacífica y los Recursos (Sausalito, EE UU), en un artículo publicado esta semana en la revista Nature. Estos investigadores explican que la forma más efectiva, desde el punto de vista económico, para talar árboles es arrasar toda una zona, sin gestión alguna de los bosques. Se facilita así la retirada de los troncos, pero se empobrece y desestabiliza el spelo; es la forma más rápida de convertir el bosque en desierto.

A largo plazo, estas prácticas de destrucción de árboles provocan, como en el Amazonas, la erosión, el cegamiento de los ríos, la destrucción de la pesca y la desestabilización de las economías tradicionales de los habitantes aborígenes de la zona.

'La amenaza para el bosque boreal canadiense, casi una cuarta parte del total de taiga en el mundo, es incluso más inminente", afirma Cheater.

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