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LA URSS SE DESINTEGRA

Baker consagra a YeItsin como líder de la CEI

Borís Yeltsin afirmó ayer ante la prensa, en presencia de James Baker, que Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán "se convertirán finalmente en países no nuclearizados" y sólo Rusia continuará teniendo armamento atómico. El presidente ruso, que al hacer esa afirmación se arrogó de hecho el liderazgo de la nueva Comunidad de Estados Independientes (CEI), quedó ayer consagrado como hombre fuerte de la ex Unión Soviética al mantener una densa y trascendente reunión de cuatro horas con el secretario de Estado de EE UU. El papel que se reservó Mijaíl Gorbachov, que se entrevistó posteriormente con Baker, fue el de garante de la transición hacia una nueva organización política, para lo que pidió la colaboración norteamericana.

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La larga reunión de Baker y Yeltsin se centró en el problema nuclear: en el territorio de la ex URSS están desplegadas unas 27.000 cabezas nucleares, cuyo control estricto exige EE UU. En las conversaciones estuvo presente el ministro de Defensa, Yevguem Sháposhnikov, con lo que de nuevo se puso de manifiesto la identificación entre Yeltsin y el mariscal en los más delicados temas militares, pasando por encima de Gorbachov, que sigue siendo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.El mariscal Sháposhnikov y un grupo de generales se volvieron a entrevistar a última hora de la tarde con Baker, a quien dieron garantías de que "todas las armas nucleares, tanto las estratégicas corno las tácticas, están bajo control centralizado", según un portavoz del Ministerio de Defensa. La retirada del armamento nuclear táctico desde los Estados soberanos hasta los puntos de almacenamiento centralizado, agregó el portavoz, "se efectúa sin complicaciones según el plan previsto".

Al anunciar la desnuclearización de tres de las repúblicas que tienen en su territorio misiles estratégicos (capaces de alcanzar el territorio de EE UU), Yeltsin recordó que Ucrania y Bielorrusia, miembros fundadores de la CEI, ya han manifestado su intención de convertirse en países desnuclearizados y agregó que en relación con Kazajstán -que no lo ha hecho- "el problema se resolverá pronto".

El objetivo de lograr una desnuclearización relativamente rápida de esos territorios podría lograrse incluyendo todos los misiles estratégicos desplegados en las tres repúblicas dentro del paquete de armamento a desmantelar, previsto en el Tratado sobre Reducción de armas estratégicas. La oferta de ayuda técnica norteamericana en el desmantelamiento fue bien acogida por los rusos. El citado portavoz de Defensa informó también que en la reunión de Baker con Sháposhnikov se analizaron las posibilidades de abordar en el futuro nuevas reducciones mutuas de misiles estratégicos.

Borís Yeltsin insistió en que el documento fundacional de la CEI establece el control unificado de las fuerzas nuclearizadas y agregó que se llegará a acuerdos precisos sobre el control conjunto de todas las instalaciones en que hay armamento nuclear "con el objetivo de lograr la máxima seguridad". También garantizó el "control estricto" sobre la tecnología nuclear para evitar que haya fugas hacia terceros países.

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La cuestión de quién será en la CEI el responsable político último del disparo de un misil estratégico, la explicó Yeltsin de manera vaga. No especificó quién sería el alto cargo que dentro de la nueva organización asumiría esta responsabilidad (ahora es el presidente de la URSS en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas) y se limitó a explicar que "en caso de emergencia" habría un debate entre los jefes de los Estados independientes "con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas". La decisión final sobre el lanzamiento se tomaría "sólo después de esas consultas".

Un militar

El presidente ruso afirmó que el jefe del mando conjunto de las fuerzas nucleares debía ser un militar y desmintió que hubiera estado estudiando con el mariscal Sháposhnikov la posibilidad de que Mijaíl Gorbachov pudiera ser el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la CEI.

Yeltsin afirmó también que a la CEI se sumarán al menos 10 repúblicas (en principio quedan fuera las caucásicas de Georgia y Azerbaiyán) y que la Comunidad iba a estar ya en marcha a mediados de enero, con lo que aparentemente se da a Gorbachov el plazo de un mes para que renuncie a la presidencia.

La reunión de Gorbachov con Baker duró la mitad que la de Yeltsin. Antes de iniciar la conversación, ante fotógrafos y cámaras, Gorbachov comentó que el país se hallaba en un periodo de transición, que definió de "extremadamente importante", en que conviven estructuras de la Unión y otras nuevas. Subrayó que la responsabilidad del resultado al que se llegue "no será sólo de la URSS, sino también de sus socios, especialmente EE UU'. Baker le rindió entonces un pequeño homenaje al decir: "Señor presidente, el mundo es fundamentalmente diferente a como era hace dos o tres años, y estos cambios se deben en no poca medida a sus esfuerzos".

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