_
_
_
_
_

Huelga de la justicia italiana en protesta contra Cossiga

La Asociación Nacional de Magistrados Italianos, que incluye tanto, a jueces como a fiscales, ha convocado una huelga para el próximo 3 de diciembre, en defensa de la Constitución y en protesta contra los ataques de que es objeto por parte del presidente de la República, Francesco Cossiga. El conflicto, centrado en los poderes del Consejo Superior de la Magistratura (CSM) y, en particular, en la independencia de los fiscales frente al Ejecutivo, llegó a su cénit el miércoles, cuando el CSM decidió suspender una reunión que Cossiga había amenazado con disolver enviando a la policía.Un comentarista de prensa evocó la imagen de Tejero en relación con esta actitud de Cossiga, quien afirma que él no pretende coartar la independencia de la justicia, sino, por el contrario, defenderla de las maniobras de los partidos políticos. Pero su agresividad hacia los jueces ha crecido conforme al desarrollo de investigaciones como la del siniestro de Ustica (la pérdida de un avión de pasajeros en el Mediterráneo por causas desconocidas), la logia masónica P-2, o, más recientemente, la de Gladio, en las que los magistrados han tratado de aclarar presuntas responsabilidades del propio Cossiga.

El debate que ha abierto sobre la reordenación de la justicia italiana se ha visto, por otra parte, oscurecido por numerosas anécdotas, como ocurre con frecuencia allí donde mete la mano este imaginativo presidente sardo, que ha declarado que él no está loco, sino que se hace el loco para remover la "ciénaga empantanada" de la política italiana.

Cossiga había adoptado, por ejemplo, la muletilla de llamar "el efebo de Venecia" al juez Felice Casson, que descubrió la red Gladio con la ayuda del presidente del Gobierno, Giullo Andreotti. En junio dio un paso más al afirmar, en un acto militar, que había que rescatar la justicia de las manos de los "jueces niñatos". Giovanni Galloni, vicepresidente del CSM, salió en defensa de la magistratura y denunció, junto con el entonces presidente del Tribunal Constitucional, Ettore Gallo, el riesgo de una involución presidencialista para el sistema democrático.

Como ahora, Cossiga se defendió, primero, diciendo que su única intención era "proteger" a los jueces jóvenes de los riesgos de investigaciones complicadas sobre la Mafia o los servicios secretos. Luego, todo degeneró en un cruce de improperios. La paz llegó, sin embargo, con la mitad del verano, y Cossiga volvió a ejercer con mano férrea la presidencia del CSM, que le corresponde como presidente de la república. Pero ha sido una tregua de sólo cuatro meses.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_