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La debilidad de la libra presiona los tipos de interés británicos

Enric González

La libra está hundiendo los planes del ministro de Finanzas británico, Norman Lamont. La semana pasada anunció que el satisfactorio nivel de la inflación (4,2% interanual) permitiría inyectar un poco de optimismo en la deprimida economía del país reduciendo los tipos de interés, situados en el 10,5%. Ayer, el mismo Lamont sopesaba la posibilidad contraria; es decir, subir aún más los tipos, para evitar que la libra siga debilitándose y provoque tensiones en el Sistema Monetario Europeo (SME).La opinión unánime entre los analistas financieros es que tal subida disiparía toda esperanza de superar la recesión en un futuro próximo. La desagradable paradoja que sufre la economía británica, con tipos tendiendo al alza en un momento en que parece imprescindible bajarlos, ha puesto de relieve que el ingreso de la libra en el SME, hace un año, no sólo acarreaba ventajas. En los últimos doce meses, la disciplina monetaria implícita a la pertenencia al SME ha permitido combatir con éxito la inflación, pero a costa de mantener el dinero caro.

La libra esterlina, que entró en el SME con un valor de referencia de 2,95 marcos y una banda de fluctuación del 6% al igual que la divisa española, está ya en 2,88 marcos y no muestra síntomas de recuperación, pese a la intervención del Banco de Inglaterra. Si alcanza los 2,85 marcos o se deprecia un 6% respecto a la divisa más fuerte del grupo -la peseta-, que ayer llegó al 5,25%, obligará al banco central británico a intervenir constantemente en los mercados para mantener su cotización.

Todos los ojos de la City londinense están puestos en el Bundesbank alemán y en el marco, moneda central del SME. Es la fortaleza del marco -consecuencia de la pérdida de atractivo del dólar además del rebrote inflacionista por la unificación y la correspondiente subida de tipos- la que trae a la libra por la calle de la amargura. Lamont dijo ayer que está dispuesto a adoptar "cualquier medida necesaria" para defender la moneda, lo que fue recibido con pesimismo en la Bolsa londinense, decididamente a la baja desde el lunes.

Alan Davies, jefe del servicio de estudios del Barclays Bank, comentó ayer sin embargo que "la crisis de la libra no parece inminente. El franco francés ha estado, y está, peor que la libra en términos reales. Simplificando, ocurre que alguien tiene que estar en el fondo del SME, y ahora parece tocarle a la libra". Davies opina que la situación británica, "absolutamente contraria a la de España, donde la divisa está muy fuerte y la inflación no cede", debe manejarse con mucha cautela: "Un nuevo aumento en los tipos de interés tendría un efecto catastrófico en el mercado interno".

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