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Acercamiento entre el Grupo de los Siete y las 12 repúblicas soviéticas

Los viceministros de Hacienda del Grupo de los Siete, los países económicamente más poderosos, acercaron ayer sus posturas con los dirigentes de las 12 repúblicas que siguen dentro del marco de la Unión Soviética, según el cual éstas se comprometen a hacerse cargo de la deuda contraída por la antigua URSS, y hacerlo de manera solidaria. El acuerdo, sin embargo, no se podía anoche considerar aún cerrado porque estaban pendientes problemas técnicos, según la agencia Tass.

El propio Iván Siláiev, presidente del Comité Económico Interrepublicano (del actual gobierno de la Unión), explicó antes de que se iniciaran ayer las conversaciones que sólo una tercera parte de las repúblicas se habían comprometido hasta aquel momento con claridad a asumir de manera solidaria la deuda. Poco a poco, sin embargo, los que proponían que la deuda fuera dividida y que después cada cual hiciera frente a su parte en solitario se convencieron G7 no estaba dispuesto ha aceptar una solución de ese tipo y acabaron por aceptar la propuesta de Grigori Dyamblinski, el máximo impulsor de la reforma económica, de que todas las repúblicas se abalarán entre ellas para hacer frente a los compromisos internacionales.El Grupo de los Siete dejó ayer claro que la concesión de nuevas ayudas no sólo pasa por la puesta en marcha de reformas económicas radicales (el presidente ruso, Borís Yeltsin, anunció precisamente ayer unas cuantas), sino que también es necesaria un solución adecuada al problema de la deuda.

Las tres repúblicas que más reacias se mostraron a lo largo de toda la negociación fueron las de Ucrania, Moldavia y Georgia, que seguían poniendo pega incluso después de que se llegara al principio de acuerdo. El memorándum que se negoció consta de tres puntos principales: el primero establece que todas las repúblicas aceptan hacerse cargo de la deuda que contrajo la URSS; el segundo precisa que la devolución se efectuará de forma solidaria; y el tercero establece que ésta se canalizará a través de una única institución bancaria.

Una de las pegas, planteada por el representante de Moldavia, consistió en exigir a los viceministros del G-7 que presenten una lista completa de los créditos concedidos, qué institución los había prestado y para qué. Todas las fuentes coinciden en que la deuda exterior soviética supera los 50.000 millones de dólares (más de cinco billones de pesetas) y algunas la elevan hasta los 68.000 millones.

La aceptación de las condiciones supondrá que los países del Grupo de los Siete (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá) se avendrán a una renegociación de la deuda actual y permitirán la concesión de nuevos préstamos.

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