Rafaela Aparicio y Gonzalo Suárez, premios nacionales de cine
Humanidad e independencia, valores subrayados por el jurado
Los Premios Nacionales de Cinematografía correspondientes a 1991 fueron otorgados ayer a la actriz Rafaela Aparicio, por el talento y humanidad con que recrea cientos de personajes entrañables, y al realizador Gonzalo Suárez, por una trayectoria cinematográfica en la que destaca su originalidad e independencia.
La dotación de los premios es de 2.500.000 pesetas. El jurado estuvo compuesto por el director general de Instituto de Cinematografía, Enrique Balmaseda, Fernando Rey, Pedro Almodóvar, José María Forqué, Carlos Saura, Francisco Rabal, Fernando Moreno, Fernando G. del Amo, Antonio Moreno y el crítico Jordi Balló. Rafaela Aparicio nació en Marcella en 1906, y gracias a la profesión de su padre, marino mercante, residió en varias ciudades. Después de estudiar magisterio, se inició como actriz en la compañía de Manuel Benito Arroyo, con una obra de los hermanos Álvarez Quintero, El conflicto de Mercedes. Tras actuar en diversas compañías, en 1957 se inició en cine, como figurante, en la película Nobleza baturra.
Casada en Madrid con Erasmo Pascual, su participación más continuada en el cine sigue a su interpretación en El último cuplé, de Juan de Orduña, en 1957.
Gonzalo Suárez, que declaró ayer a Radio Nacional en Buenos Aires estar muy emocionado, nació en Oviedo en 1934. Dejó los estudios de filosofía por el teatro, estudió por la noche en la Escuela de Artes y Oficios, fue emigrante en Francia, hizo periodismo en Barcelona, y desde 1966, alterna el cine, la literatura y la publicidad. Es autor, entre otras, de las películas Epílogo (1984) y Remando al viento (1988).
