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Un hijo de Negrín recobra dos bustos de la Exposición Universal de París de 1937

48 obras de la República recuperadas en 1986 en Barcelona, devueltas a sus propietarios

Dos bustos de la actriz Rosita Díaz Gimeno, realizados por el escultor Emiliano Barral, han sido entregados por el Ayuntamiento de Barcelona a su esposo y heredero, el neurocirujano Juan Negrín, hijo del que fue presidente del Gobierno de la República Española del mismo nombre. Las dos esculturas formaron parte del pabellón español de la Exposición Universal de 1937, celebrada en París, del que la mayoría de las piezas exhibidas -pinturas, esculturas y dibujos- desapareció sin dejar rastro. Algunas de estas obras fueron localizadas casualmente en Barcelona en 1986 y, tras ser catalogadas y mostradas de nuevo en la exposición Arte contra la guerra, 48 de ellas han sido devueltas a sus propietarios.

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La artista de la República

El hallazgo de parte de las pinturas y dibujos que concurrieron a la exposición parisiense se realizó en 1986, durante la revisión de los fondos del Museo de Arte Moderno de Barcelona. Un análisis superficial de las obras -la mayoría de temas alusivos a la guerra civil y fechadas en 1937- facilitó su identificación, confirmada además por la etiqueta que casi todas lucían en su reverso, Se recuperó de esta forma -olvidado en un almacén del Palau Nacional de Montjuïc- un conjunto de obras de notable interés artístico, pero sobre todo histórico, que se había dado por destruido o extraviado durante casi 50 años.El arquitecto Josep Lluís Sert -autor junto con Luis Lacasa del pabellón español- y el pintor Joan Miró, ambos fallecidos, coincídieron en su día en afirmar que las pinturas, esculturas y dibujos exhibidos en París volvieron a España, pero que desconocían su paradero, según consta en el libro de Fernando Martín El pabellón español de la Exposición Universal de París de 1937 (Sevilla, 1983).

Barral y Pérez Mateo

El testimonio de Sert y Miró, sin embargo, no era del todo exacto, ya que el Museo de Arte Moderno de Barcelona tenía inventariadas 12 obras de Emillano Barral y dos de Francisco Pérez Mateo, que habían sido depositadas en la institución por el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional en 1944 y 1945, respectivamente. Estas 14 obras también se exhibieron en París, aclara Cristina Mendoza, directora del museo, "pero no en el marco general del pabellón, sino formando parte de una exposición homenaje a estos dos artistas, que habían muerto en el frente de Madrid al comienzo de la guerra civil".La Exposición Universal de París -que sirvió para propagar la causa de la República- contó con la participación de numerosos artistas de toda España, pero la falta de un catálogo impide precisar cuántos y quiénes fueron y qué obras se exhibieron de cada uno de ellos. De entre las obras halladas en Barcelona, "la mayoría de las cuales puede enmarcarse en el llamado realismo social", señala Mendoza, "cabe destacar las de Horacio Ferrer, Eduardo Vicente, Manuel Ángeles Ortiz, Arturo Souto, Ramón Gaya, Pedro Flores, Jesús Perceval, Ramón Puyol, Antonio Rodríguez Luna, Cristóbal Ruiz, Modesto Ciruelos e Isaías Diez". Entre las esculturas destacan las de Ricard Boix, Antonio Ballester, Manuel V. Gil Franco, Mariano Benlliure y una obra en yeso de 185 centímetros de Alberto Sánchez, que es la maqueta dela gran escultura El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, de 12 metros, que presidía la entrada del pabellón español.

Tras ser catalogadas e inventariadas, las obras halladas en el almacén del Palau Nacional se exhibieron, junto a las esculturas de Barral y de Pérez Mateo, en la exposición Arte contra la guerra. La celebración de esta exposición en Barcelona, a.finales de 1986, ocasionó una serie de solicitudes de devolución por parte de algunos de sus autores, todavía vivos, o de sus herederos. El Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Barcelona, como titular y depositario, respectivamente, de las obras, acordaron su devolución siempre que los demandantes acreditaran sus derechos de propiedad.

Entre los peticionarios figura Juan Negrín, hijo, neurocirujano de nacionalidad norteamericana residente en Nueva York, aunque en este caso la solicitud de devolución es anterior a 1986. El pleno del Ayuntamiento acordó la devolución de las dos esculturas el 20 de julio del pasado año. También acordó devolver otras cuatro piezas: a Antonio Rodríguez Serna, dos óleos y un aguafuerte realizados por su padre, Antonio Rodríguez Luna; y a Tomás Ferrándiz Llopis, un dibujo a pincel realizado por él mismo.

El 22 de marzo de este año, se adoptó un nuevo acuerdo de devolución que afecta a otras42 obras. De ellas, 18 fueron reclamadas por sus autores y el resto por personas que han acreditado ser sus herederos. Los autores que han recuperado o recuperarán sus piezas son: Antonio Ballester Vilaseca (3 piezas), Francisca Bartolozzi Sánchez (4), José Luis Florit (2), Gregorio Prieto Muñoz (1), Fernando Briones (1), Ramón Gaya Pomés (3), Ricardo Boix (2) y Restituto Martín Gamo (2). Entre los herederos figuran los de Isabel Clara Alarcón (1 obra), Jesús Pérez de Perceval (9), Horaclo Ferrer Morgado (2), Arturo BoIx Oviedo (1), Miguel Prieto Anguita (5), Juan Borrás Casanova (2), Salvador Bartolozzi (1), Pedro Sánchez García Esteban (2) y Luis Llavata Marchinant (1).

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