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Los independentistas ganan los plebiscitos de Estonia y Letonia pero no logran la mayoría de dos tercios

Pilar Bonet

La población de las repúblicas bálticas de Estonia y Letonia votó mayoritariamente a favor de la independencia en los dos plebiscitos celebrados el pasado domingo. La mayoría obtenida, sin embargo, habría sido insuficiente para iniciar el proceso legal de secesión de la URSS en caso de que la consulta se hubiera convocado según las leyes soviéticas. Semanas atrás. Lituania sí logró una mayoría suficiente.

Los resultados provisionales difundidos ayer por el servicio de noticias Interfax revelan que en Letonia, donde tenían derecho a votar 1,8 millones de habitantes, acudió a las urnas el 87,62% del electorado. De ellos, el 73,58% votó a favor de la independencia y el 24,77%, en contra. En conjunto, el voto positivo representa al 64,47% del electorado. La ley sobre la secesión de la URSS requiere un mínimo de dos tercios del electorado (el 66,66%) para poner en marcha el proceso de in dependencia.En Estonia, el 82,86% del electorado participó en el plebiscito y el 77,83% de los votantes expresó el deseo de que el país recupere su independencia lo que supone el 64,49% de los habitantes de la república con derecho a voto.

Estos resultados contrastan con los obtenidos en la consulta celebrada en Lituania el 9 de febrero pasado, donde más del 90% de los votantes expresó su deseo de independencia, un porcentaje equivalente a más del 70% del censo electoral, más que suficiente para iniciar el proceso independentista.

Los resultados obtenidos reflejan, con ciertas correcciones, la estructura de población de las tres repúblicas bálticas Mientras que en Lituania el 79,6% de los habitantes son lituanos y los eslavos (rusos y polacos, sobre todo) suman un 16,4%, la población autóctona es en Letonia el 52% del total (en tanto que los rusos son un 34%). En Estonia, el 61,5% son estonios y el 30,3 son rusos.

Sin valor jurídico

Los plebiscitos celebrados en las tres repúblicas bálticas no tienen valor jurídico ni para el poder central soviético, que organiza un referéndum sobre el futuro del Estado el 17 de marzo, ni para las autoridades locales, que se han mostrado muy precavidas a la hora de jugarse la independencia en una consulta popular. Los resultados obtenidos indican que estas precauciones eran justificadas en los casos de Estonia y Letonia. Las autoridades independentistas lituanas son las únicas que podrían afrontar con garantías de éxito el proceso de secesión por la vía marcada por la legislación soviética.Sin embargo, Lituania y las otras dos repúblicas bálticas están ligadas por una estrategia común que se expresa a través de un organismo denominado el Consejo Báltico. Según la ley soviética, de no obtenerse los votos afirmativos de los dos tercios del censo electoral en el referendum secesionista, la república afectada debe esperar diez años para. volver a plantear la cuestión.

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En Talin, Mariu Lauristin, dirigente del parlamento estonio, opinó que los resultados de los plebiscitos tal vez obliguen al Kremlin a revisar sus posiciones e iniciar conversaciones con las tres repúblicas del Báltico. El presidente del Sóviet Supremo de Estonia, Arnold Ruutel, consideró que la jornada del plebiscito había sido un "día histórico" para Estonia y un "gran paso" hacia la independencia. En esta república, la minoría rusa votó claramente en contra.

En la ciudad de Silamiaie, una de las tres localidades de la zona nororiental de Estonia, donde hay una gran concentración de emigrantes, sólo participó en la consulta electoral el 27,38% de los electores, de los cuales única mente un 40,45% votó por la independencia. Los sectores prosoviéticos de Silamiaie habían realizado el 24 de febrero un plebiscito en el que preguntaban la actitud ante una Estonia. El 83% del electorado participó en aquel plebiscito y un 89% de los participantes estuvo a favor de la permanencia en la URSS.

Satisfacción en Riga

En Riga, la capital de Letonia, los portavoces parlamentarios estaban satisfechos por haber obtenido mayorías favorables a la independencia en zonas donde predomina la población rusohablante, como en la ciudad de Daugavpils, donde el 51% de los votantes apoyó el sí. El presidente del Sóviet Supremo de Letonia, Anatoli Gorbunov, consideró que el plebiscito puede ser un paso para que Moscú reconozca la independencia.Durante el fin de semana, Egdar Saavisar, primer ministro de Estonia, participó en Moscú en la reunión del Consejo Consultivo del Congreso de las Fuerzas Democráticas de la URSS, una nueva organización que pretende unir en una plataforma común a todos los grupos de oposición. El dirigente estonio manifestó que en los últimos tiempos se habían debilitado los contactos entre los demócratas de Estonia y de la Federación Rusa e hizo un llamamiento a la unidad contra el sistema totalitario. Saavisar elogió a Borís Yeltsin, presidente de la Federación Rusa, y manifestó que la independencia de Estonia es compatible con una Rusia fuerte. Las llaves de la independencia de Estonia se guardan, según Saavisar, en el bolsillo de Gorbachov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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