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Absuelta por poetisa

La improvisación salva a la autora de una copla satírica de ser condenada por injurias

"Yo me llamo Andrea Mansilla/ y que me proteja Dios/ soy de Casas de Don Pedro/ provincia de Badajoz". Así comenzaba la copla por la que Andrea Mansilla fue condenada a una multa de 30.000 pesetas por un delito de injurias. Persona de "casi nula instrucción", según la sentencia, utilizó sus "dotes para la improvisación" para sugerir en las fiestas del pueblo que una funcionaria se había apropiado de la cantidad que ella entregó en pago de un impuesto. Pero lo hizo tan ingeniosamente que el Tribunal Supremo ha absuelto a la copla y a su autora.Pasada la medianoche y como cada año en las fiesta de Casas de don Pedro, Andrea fue invitada a ofrecer una copla ante el respetable en un descanso de la orquesta. "En este pueblo he nacío / y en el campo me he criao, / y en las orillas del río/ cuántas penas he pasao/ ".

Hasta aquí, la copla discurría más o menos bien como cada año, por lo que la mujer, que para algo la escuchaban, decidió entrar en materia: "A mi hijo le buscaron/ quince días a trabajar/ él subió al ayuntamiento/ no le quisieron pagar".

Como al hijo no le pagaban, la mujer decidió congelar a su vez el pago del arbitrio por el arreglo de la calle, en el tramo correspondiente a su fachada. Difícil explicar con menos palabras la teoría de la compensación en la figura jurídica del pago:

"Al cabo de poco tiempo/ las calles han arreglao/ con una empresa de Pela, que Paquito ha contratao". "Me mandaron un papel,/ con lo que tenía que dar/ eran doce mil pesetas/ el cacho de mi "fachá". Fue en la siguiente estrofa donde se montó el cisco, y ni siquiera la despedida le sirvió de atenuante.

/ Como ellos me debían/ los días de mi muchacho / he subío al ayuntamiento/ y el caso los he contado". "Darme lo que me debéis,/ y denseguida que os pago. / Me aceptaron de momento/ y por cierto, le pagaron". "Yo se lo entregué a la Ros¡, / que dice que no he pagado. / Viva Casas de Don Pedro,/ también los trabajadores/ y también los doy las gracias/ por haber votado al PSOE".

Buena parte del público reinterpretó el mensaje en el sentido de que "la Rosi", funcionaria del ayuntamiento, se había quedado con las 12.000 pesetas del pago del arbitrio. Andrea fue jaleada por un sector del público pero otros se molestaron. Intentaron quitarle el micrófono pero ante su resistencia, uno de los músicos terminó por cortar el sonido. Así que no pudo quedar del todo agreditado que Andrea llamase a la funcionaria "ladrona" y la amenazase con que "el cielo la castigaría".

La Audiencia de Badajoz la absolvió de los delitos de calumnia e injurias graves, pero la condenó por injurias leves a 30.000 pesetas de multa. Sin embargo, el magistrado José Antonio Martín Pallín ha descartado "cualquier intención o propósito previamente concebido para vejar o menospreciar a la funcionaria del ayuntamiento".

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