El Ejército turco cree que no está preparado para entrar en guerra
GEORGINA HIGUERAS ENVIADA ESPECIAL, El Ejército turco considera que no está preparado para entrar en guerra contra Irak, y entre sus máximos responsables existe un claro descontento por la intromisión del poder civil en la estrategia militar. A pesar de que en las últimas semanas se ha acelerado el envío de armamento moderno desde diversos países de la OTAN, especialmente Alemania, el arsenal turco "está anticuado y las tropas no están entrenadas para una guerra moderna", aseguran fuentes militares.
Las fuerzas armadas turcas cuentan con unos 650.000 efectivos, pero el número alcanzaría el millón si se llamase a filas a las reservas. En la actualidad hay estacionados en la frontera con Irak más de 150.000 soldados."Estas cifras parecen haber ofuscado al Gobierno, que se ha creído que, como en tiempos del imperio otomano, el avance de la infantería se hace a pie", indica con gesto sombrío un militar. Según él, entre las muchas carencias del Ejército destaca la falta de una flota de vehículos blindados, armados, de transporte y de carros de combate. "Sin medios ni armas apropiadas, las tropas no son más que carne de cañón", añade.
La libertad con que operan los militares norteamericanos en las bases de utilización conjunta es otro de los motivos de malestar en el Ejército turco. Fuentes cercanas a Najib Torumtay, ex jefe del Alto Estado Mayor, indican que éste presentó la dimisión en diciembre pasado porque el presidente Turgut Ozal había dado carta blanca a los mandos estadounidenses en Incirlik. Desde esta base ya ha habido, desde que comenzó la guerra, más de 400 salidas de aviones norteamericanos para bombardear a Irak.
Fuentes diplomáticas rechazan los rumores de movimientos golpistas dentro del Ejército, pero confirman el descontento de los militares, que critican al Gobierno su inclinación hacia la guerra sin siquiera asegurarse el "respaldo inmediato y firme" de la OTAN.
La decisión de Ozal de llevar "él solo y a su manera" la política turca con respecto al conflicto del Golfo, motivó también la dimisión de los ministros de Defensa y Exteriores, Safa Giray y Alí Bozer, respectivamente. "El presidente ha nombrado a su primo Husnu Dogan como titular de Defensa, con lo que se le han acabado los problemas con ese ministerio", indica un periodista turco. '
Críticas de la oposición
Para el jefe de la oposición y líder del Partido Populista Socialdemócrata (SHP), Erdal Inonu, "el presidente está cada día más aislado de la realidad del país". Tanto Inonu como Suleiman Demirel, líder del derechista Partido de la Recta Vía, critican a Ozal "el secretismo" con que ha ido metiendo al país en el conflicto sin dar tiempo a prepararse ni al Ejército, ni a la diplomacia, ni a la defensa civil.
Algunos de los países de la Alianza Atlántica, entre los que se encuentran España, Alemania, Bélgica y Grecia, tampoco son partidarios de que Turquía abra otro frente y han manifestado su intención de no enviar soldados a defender Turquía si este país es atacado por Irak a consecuencia de los bombardeos procedentes de las bases turcas. Esto ha levantado nuevas ampollas entre los militares y el poder civil.
Para tratar de calmar las iras de Ozal, que ha llegado a acusar al Gobierno alemán de ser un responsable del poderío militar iraquí con sus ventas de armamento convencional químico, Bonn está acelerando la entrega de los 600 carros de combate Leopard-I que debían terminar de llegar a Turquía a finales de 1994, según el contrato. Alemania está enviando también vehículos para el transporte de material y de tropas, 36.000 misiles antitanques, 1.500 misiles sidewinder, equipos de detección de minas y antigás, ametralladoras, máscaras, municiones y vehículos de rescate.
"Este país no ha sufrido una guerra desde hace 70 años, y su Ejército no tiene más entrenamiento", aparte de unos cuantos oficiales entrenados por la OTAN, "que la lucha contra la guerrilla kurda", indican fuentes militares.
