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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

La ONU ofrecerá a Irak una "última oportunidad"

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que mañana debatirá una resolución que autorice el uso de la fuerza militar contra Irak, está dispuesto a ofrecer a Irak una "última oportunidad" calificada de "pausa de buena voluntad" para retirarse pacíficamente de Kuwait antes de una fecha todavía no acordada, pero que con toda probabilidad será el 15 de enero próximo, si no quiere ser desalojado por las armas.

Después de dos días de reuniones ininterrumpidas entre los representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo, -Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido, Francia y China-, el texto de la resolución original puesto en circulación el domingo por la delegación norteamericana ha sido modificado para incluir un párrafo que ofrezca a Bagdad la posibilidad de abandonar voluntariamente el emirato ocupado el pasado dos de agosto.El nuevo proyecto de resolución, distribuido ayer a los restantes 10 miembros del alto organismo, incluye en su parte dispositiva un nuevo párrafo en el que el Consejo, tras exigir a Irak "el total cumplimiento de la Resolución 660 y subsiguientes, decide conceder a Irak una última oportunidad, como pausa de buena voluntad, para acatar esas resoluciones".

Pero si Irak se niega a cumplir las decisiones de la organización internacional antes de una fecha todavía no acordada.

Estados Unidos y Gran Bretaña prefieren el primero de enero mientras que la URSS y China desean que el plazo se amplíe hasta el 15-, "el Consejo autoriza a los países que cooperan con el gobierno de Kuwait (la coalición internacional liderada por Estados Unidos) a utilizar todos los medios necesarios para mantener y poner en vigor la Resolución 660 y todas las subsiguientes y a restablecer la paz y la seguridad internacional en la zona".

Guerra no inminente

Fuentes norteamericanas y occidentales han subrayado que la aprobación de la resolución no supone en ningún caso que las hostilidades contra Irak se vayan a iniciar al minuto siguiente de la expiración del ultimátum. Se trata, según han explicado funcionarios de la administración estadounidense, de que el presidente Sadam Husein entienda de una vez que la guerra estaría legitimada por la comunidad internacional si Bagdad no abandona Kuwait. Los funcionarios han puesto de manifiesto una vez más que Bush todavía no ha tomado una decisión final sobre el uso de la fuerza militar. La presentación del proyecto de resolución supone la culminación de más de dos semanas de presiones públicas y privadas cerca de los países miembros del Consejo de Seguridad por parte del presidente George Bush y de su secretario de Estado, James Baker, para conseguir el máximo consenso en la votación.

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De la importancia que Washington concede a la votación de mañana puede dar idea la celebración de una entrevista impensable hace sólo unos días entre representantes norteamericanos y cubanos. Según se reveló ayer en la capital norteamericana, el secretario de Estado adjunto para asuntos políticos, Robert Kimmit, tercero en jerarquía del departamento de Estado, se entrevistó el domingo en Nueva York con el jefe de la misión cubana en la ONU, José Arbesu, con el fin de explicar al diplomático castrista la posición de EE UU.

Un portavoz de la misión cubana se negó incluso a admitir a este periódico la celebración de la entrevista, alegando que los responsables de la representación diplomática se encontraban ausentes.

Fuentes norteamericanas manifestaron ayer que Washington estaba dispuesta a mostrar "flexibilidad" en el tema del ultimátum. "La fecha no es lo importante; lo importante es la autorización del uso de la fuerza", dijeron.

El proyecto de resolución, que en las últimas horas sufrirá alguna modificación de matiz pero no de fondo por parte de los miembros no permanentes, no invoca ningún artículo específico de la Carta de las Naciones Unidas para autorizar el uso de la fuerza sino que se ampara en la generalidad del Capítulo VII que trata de las acciones a adoptar "en el caso de amenazas o quebrantamiento de la paz y actos de agresión". La razón es que la invocación de algún artículo específico de este capítulo llevaría implícita la coordinación de las posibles acciones militares por parte del comité de estado mayor de la ONU, exigencia que Washington, que contribuye con más de dos tercios de los efectivos desplegados en el Golfo, no está dispuesto a aceptar.

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