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Walesa pide a Mazowiecki que continúe en el Gobierno hasta las legislativas

Lech Walesa, líder de Solidaridad que el pasado domingo ganó la primera ronda de las elecciones presidenciales polacas, hizo ayer un llamamiento a los dirigentes del movimiento para luchar contra la división a fin de hacer frente con garantías de éxito a su adversario en la segunda vuelta, Stanislaw Tyminski. Walesa pidió también al primer ministro, Tadeusz Mazowiecki, que continúe en el poder "con cambios personales mínimos" hasta las elecciones parlamentarias de 1991.

Walesa anunció en conferencia de prensa, celebrada en Gdansk, que llamará por teléfono a todas las fuerzas políticas importantes para pedir la colaboración a sus recientes adversarios electorales del grupo de Mazowiecki. Según filtraciones de] Gobierno, Mazowiecki mantuvo ayer por lo menos una conversación telefónica con Walesa."Pediré [a Mazowiecki] que no aumente la tensión ya existente; no se debe crear una situación peligrosa", manifestó Walesa censurando la decisión de Mazowiecki de presentar la dimisión en pleno del Gobierno el pasado lunes. Según el primer ministro, la derrota electoral del que a priori era su gran rival "pone en cuestión la visión de la democracia y la economía" que quería construir el Gabinete dimisionario.Las primeras declaraciones de Walesa tras la dimisión de Mazowiecki habían sido muy duras. El líder de Solidaridad trató de humillar, ya por completo, al derrotado Mazowiecki, burlándose de su supuesta calma, principal lema electoral del jefe de Gobierno, que con tanta facilidad Mazowiecki había perdido, según Walesa, al sufrir el revés.

Pocas horas más tarde, Walesa tendía la mano si no al propio Mazowiecki, sí a sus seguidores. El líder obrero manifestó:"Espero que Adam Michnik dé un salto y comprenda que yo tenía razón", en referencia al error que los seguidores de Mazowiecki habían cometido al oponerse a la candidatura de Walesa. "Espero colaboración en la labor de arrastrar el carro polaco"; "en asuntos esenciales debemos estar juntos"; "es demasiado duro avanzar solo"; " estamos condenados unos a otros", apelaba ayer Walesa. El líder de Solidaridad declaró ser " un cristiano y hombre de compromiso", dispuesto a per donar.

Esta reacción de Walesa a la dimisión del Gobierno demuestra que el segundo puesto- que ocupó el Fujimori polaco en la primera ronda electoral, capitalizando la frustración del electorado por la división de Solidaridad, quita el sueño al carismático líder obrero, quien no acaba de estar de acuerdo con que un desconocido "bajado de los árboles" le haga competencia en la segunda ronda electoral.

Walesa confirmó ayer su disposición a seguir como candidato, lo que desmiente las informaciones de algunos medios occidentales que habían tomado en serio la insinuación de una eventual renuncia del jefe de Solidaridad tras unas sugerencias intencionadas de sus colaboradores en este sentido. Walesa declaró no tomar en cuenta, "en absoluto", la posibilidad de victoria de Tyminski en la segunda vuelta, pero su invitación al diálogo con los seguidores de Mazowiecki y, eventualmente, con el propio primer ministro, indica que los nervios no sólo están fallando a éste último.

En cambio, Stanislaw Tyminski mantuvo ayer su habitual calma. Aguantó los duros ataques de los periodistas polacos e internacionales, que durante una conferencia de prensa celebrada ayer en Varsovia continuaron interrogándole sobre los supuestos delitos cometidos en Perú. Tyminski aseguró que nunca él ni nadie de su familia "fueron acusados de haberse apropiado ilícitamente" de programas emitidos por satélite para utilizarlos luego en la televisión por cable, cuya propietaria es su esposa, la peruana Graciela Pérez.

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Tyminski descubrió sus hasta ahora veladas simpatías políticas al afirmar que esperaba que los polacos "comprendan cuánto ha hecho por Polonia el general Jaruzelski", y acusó a los líderes de Solidaridad de sumir el país en una situación peor que la que desembocó en la implantación de la ley marcial en 1981.

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