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Entrevista:LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA COMUNIDAD EUROPEA

"Ha llegado la hora de dar más derechos a los trabajadores"

FÉLIX MONTEIRA Vasso Papandreu, miembro fundador del Partido Socialista Panhelénico (PASOK), tiene 45 años. Durante su exilio en el Reino Unido colaboró estrechamente con el ex presidente Papandreu y enseñó Economía en Exeter y Oxford. Fue viceministra de Industria y de Comercio en Grecia antes de ser nombrada comisaría de Empleo y Asuntos Sociales, responsabilidad que asumió en enero de 1989. En el ecuador de su mandato de cuatro años, afirma que aquí en la CE no hay más remedio que desarrollar "el arte del compromiso".

Pregunta. ¿La dimensión social tiene un lugar asegurado en la futura unión europea?

Respuesta. En la reforma de los tratados de la CE hace falta también hacer avanzar la dimensión social y lo primero es lograr una ampliación de competencias a nivel comunitario. La coordinación entre los Estados miembros puede tener una eficacia superior a 12 acciones nacionales separadas en temas como el paro, la formación profesional (especialmente la formación contlinuada) o la sanidad pública. Lo mismo, sucede con la prevención contra la droga y las enfermedades cardíovasculares. Tenemos que mejorar las condiciones de vida y de trabajo, pero hay una caestión de gran importancia, como ha subrayado el presidente Felipe González, y es que no se trata de hablar sólo de trabajadores. Ha llegado la hora de dar mayores derechos a todos los ciudadanos comunitarios.

P. ¿Las decisiones por mayoría cualificada son una condición irrenunciable para la Comisión?

R. La mayoría cualificada que yo defiendo como procedimiento de toma de decisiones la apoyan varios países. Existe un retraso en el terreno social con respecto a otras políticas comunitarias, porque un país puede bloquear la aprobación, como ha hecho el Reino Unido con la directiva de vacaciones familiares o la de inversión de la carga de la prueba, dirigida a que sean los empleadores los que tengan que probar que no ha existido discriminación y no al revés, como sucede ahora. Cualquiera puede imaginar cuál sería el retraso del mercado único si las decisiones se basaran en la unanimidad y no en la mayoría.

P. ¿No es una contradicción que el Gobierno español se oponga a esta propuesta?

R. No sé si ésta es, la posición definitiva del Gobierno español, pero es curioso querer promover por una parte la dimensión social y los derechos de los trabajadores y, por otra, continuar agarrado a la regla de la unanimidad. Es cierto que algunos países no tienen las mismas posibilidades Vasso Papandreu. económicas y sociales que otros y también es verdad que una legislación menos avanzada significa una ventaja de competencia, pero en la legislación social no hay siempre un retraso en los países del sur. Por ejemplo, en el trabajo atípico España tiene una cobertura que no tienen ni el Reino Unido ni Alemania. Lo mismo sucede con las mujeres embarazadas, donde la legislcion prevista es más avanzada que la que propone la Comisión Europea.

P. Pero el empleo fijo pierde la partida frente al trabajo ternporal y a tiempo parcial.

R. No estamos contra este sistema, pero decimos que esos trabajadores deben tener un tratamiento igual, en proporción a la duración de su contrato.

P. Estas prácticas y salarios más bajos pueden alterar la competencia.

R. Los costes salariales son un elemento importante del cálculo económico, pero la competencia no se basa únicamente en eso. La formación, la tecnología, el saber hacer y la organización son factores que juegan un papel quizá más importante. Las empresas que utilizan una tecnología avanzada, a pesar de salarios elevados, son las más competitivas. Y España protege el trabajo a tiempo parcial a diferencia de otros países comunitarios, por eso no puede decirse que se aprovecha de una ventaja.

P. En Europa conviven diferentes modelos sociales, ¿cuál es el que defiende la Comisión.?

R. Nuestro objetivo no es imponer un solo modelo social para toda la Europa comunitaria, porque las cuestiones sociales son complicadas y particularmente sensibles. El proyecto es garantizar un mínimo de derechos válido para todos y dejar después a cada país la libertad de dar derechos suplementarios si su economía se lo permite.

Dos velocidades

P. Se habla de una Europa monetaria a dos velocidades, ¿puede ocurrir lo mismo con la Europa social?

R. Hay que evitar a toda costa la diferencia entre ricos y pobres, entre los dos grupos de países. Para eso están los fondos estructurales en favor de las regiones menos desarrolladas. Todas las diferencias, tanto en el terreno económico como en el social, van contra el interés de la Comunidad. La integración comunitaria debe ir al mismo paso que el refrozamiento de la cohesión económica y social y el aumento de recursos propios.

P.¿Habrá algún día acuerdo sobre la participación de los trabajadores en las multinacionales, que lleva esperando 20 años?

R. Presentaré una propuesta antes de fin de año. La Comisión espera que no habrá problemas, porque éstos fueron fruto, más que del contenido, de la época en que la otra directiva fue presentada. Nuestra propuesta tendrá en cuenta la particularidad de la situación en los diferentes Estados miembros y se aplicará sólo a las empresas trasnacionales a través de varias alternativas, igual que en el proyecto de estatuto de la empresa europea.

P. ¿Habrá nuevas iniciativas?

R. El año próximo presentaremos además una proposición sobre la participación de los trabajadores en el capital de las empresas. Aún no hemos decidido la forma jurídica, pero hace falta actuar, sobre todo ahora que el mercado único refuerza la fusión entre las empresas y las concentraciones se están multiplicando por dos o por tres cada año. Hay que actuar, porque las decisiones tomadas en un país por una empresa afectarán a trabajadores en otro país, los cuales deben ser consultados previamente.

P. ¿Se va a obligar a las empresas a ceder una parte de sus acciones a los empleados?

R. No hay todavía conclusiones sobre esto. Será posible participar en el capital bajo ciertas condiciones. Los trabajadores tendrán el derecho.

P. Pero o se obliga o es letra muerta.

R. Aún es pronto para aventurar. Primero hace falta que la Comisión finalice su reflexión sobre este aspecto. Nuestra intención es concentrarnos en las empresas multinacionales.

"La marginación laboral femenina es un problema económico"

F. M. P. ¿La lucha contra la discriminación laboral de la mujer es su prioridad?

R. Soy también responsable de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, por convicción personal y por competencias como comisaría. Pero hay que reconocer que a pesar de las leyes, la realidad existente es la desigualdad. Las mujeres tienen derecho a participar en la actividad económica y social, a hacer compatible su vida familiar con su trabajo. Y la sociedad tiene la obligación de garantizar ese derecho.

P. ¿El peso de la tradición es el principal factor de esa marginación?

R. Es, sobre todo, un problema económico, de despilfarro de recursos humanos. Europa esta experimentando desde hace algún tiempo un envejecimiento de la población y una baja de natalidad, a la vez que se enfrenta a un déficit importante de mano de obra cualificada. El peso de la tradición es importante, a pesar de la mejora de los dos últimos decenios. Pero la organización de la sociedad no favorece la integración. Si los horarios no son favorables, la mujer se encuentra en la disyuntiva de abandonar su trabajo o su hogar.

P. ¿Esa es la razón de que usted no tenga familia y sí carrera política?

R. Es un poco resultado del azar, pero si tuviera familia me sería muy difícil poder combinar el hogar con el trabajo como Comisaria.

P. ¿Qué piensa de su experiencia como comisaría?

R. El trabajo es más interesante de lo que pensaba. También influye que los tiempos son muy interesantes, con cambios fuera y dentro de la Comunidad Europea. Se trata de una tarea muy distinta a la de ministro de un Gobierno nacional. Aquí hay que buscar siempre el denominador común de 12 miembros y desarrollar el arte del compromiso.

P. ¿Ha cambiado mucho la Vasso Papandreu que sufrió las condiciones del exilio?

R. Hay una evolución en el mundo exterior y la mujer política, el hombre político, tiene que tener en cuenta que el mundo no es el mismo. He experimentado una diferenciación de opiniones, pero no un cambio radical de convicciones políticas.

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