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Mandela, en América

(...) Para muchos norteamericanos, Nelson Mandela tiene un significado especial. Su lucha contra el apartheid tiene su paralelo en su campaña por los derechos civiles que puso fin a la base legal de la segregación racial. Habla en tonos que traen a la memoria a Martin Luther King, hijo, y a la militancia de Malcolm X. Sea lo que sea lo que divide a los afroamericanos, todos ellos se congregarán en torno a Mandela. (...)Sin embargo, también es evidente que la América blanca, si bien a veces con reticencias,

Siente atracción por esta figura poderosa y fascinante. La conciencia desempeña un papel. Años de discusiones sobre sanciones y prohibición de exportaciones han puesto de manifiesto el horror moral del apartheid, cosa que también han hecho surafricanos blancos como Alan Paton, Nadine Gordimer y Athol Fugard. A través de Mandela, las víctimas negras del sistema han encontrado su propia voz. (...)

Incluso después de 27 años de prisióri, habla sin rencor de la gente que prohibió su movimiento, le encarceló por traición (...) y llegó incluso a prohibir la mención de su nombre. Probablemente fue esta cualidad lo que impulsó al presidente surafricano, Frederik W. de Klerk, a exponerse a la indignación de la derecha al liberar a Mandela. Esta semana pasada se evidenció que la fortaleza de este hombre puede derribar pacíficamente las barricadas raciales, cosa que muy pocos se atrevían a esperar.

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25 de junio

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