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El rey Balduino obstaculiza la labor legislativa belga

El rey Balduino vuelve a estar envuelto en la polémica. A la fuerte división provocada el 4 de abril por su renuncia durante 36 horas al trono para no sancionar con su nombre la ley del aborto se une ahora la denuncia de que 72 leyes adoptadas por el Parlamento no han entrado en vigor. La falta de la firma del rey parece ser la causa. El Gobierno prepara una reforma de la Constitución que dé una salida legal a la objeción de conciencia del soberano.

El presidente del Congreso, Charles-Ferdinand Nothomb, acaba de dar un serio aviso al Gobierno. Setenta y dos leyes aprobadas por el Congreso y el Senado no han sido publicadas en el Monitor (boletín oficial del Estado) y, por tanto, no han podido entrar en vigor. La mas antigua de estas normas data de 1960. El Gobierno no ha querido explicar cuál es la instancia culpable de este retraso, aunque muchos dedos apuntan hacia el palacio real. Existen pruebas de que la ley sobre organización de la enseñanza superior espera desde julio de 1980 la firma del rey. Esa parece ser la tónica en la mayoría de los casos.Esta actitud pasiva del monarca recuerda la política del cajón de su antecesor Leopoldo II y reaviva el debate sobre la autonomía del poder de la monarquía. El propio rey Balduino, a juicio de numerosos expertos, pareció renunciar al poder legislativo que le confiere la Constitución cuando abandonó por 36 horas el trono para no firmar la ley del aborto. Las cámaras le concedieron la "incapacidad temporal para reinar" que establece el artículo 82 de la Carta Magna. A su abuelo Leopoldo III le aplicaron el mismo principio en 1940. cuando estaba prisionero de los nazis, pero nunca más volvió al trono. Algún teórico del derecho ha llegado a afirmar que esa, dejación del poder legislativo no resuelve el problema de conciencia argumentado por el rey a la hora de aplicar la ley del aborto, ya que es también cabeza del poder ejecutivo.

El primer ministro, Wilfried Martens, ha anunciado públicamente una próxima reforma constitucional para resolver el problema que plantea la contradicción del monarca con las decisiones de la soberanía popular. Ha dejado entrever que el rey podrá rechazar una ley de iniciativa parlamentaria, pero no un proyecto del Gobierno. Martens cuyo partido democristiano se opuso en bloque a la ley del aborto, confía en el buen entendimiento previo con el soberano. No así otros partidos de la coalición gubernamental, como socialista, que ha llegado a proponer la renuncia definitiva de Balduino. El debate sobre las atribuciones de la monarquía y su capacidad de sobreponerse al Parlamento se produce meses antes de que se inicien los 10 meses de festejos oficiales previstos en honor de la monarquía.

El próximo 7 de septiembre, el rey cumple 60 años, y el 17 de julio de 1991 es el 40º aniversario de su proclamación. El intervalo entre esas dos fechas está marca do por una serie de celebraciones que parecen llegar en el peor momento. Algunas voces del partido socialista defienden la instauración de la República.

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